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Cascabel de la especie diamantina y su hábitat
Sucesos

El dueño de la cascabel podría enfrentarse a una pena de hasta los dos años de cárcel

El joven mordido por el reptil sigue en la UCI, en donde le suministran el antídoto. El tratamiento cuesta unos 15.000 euros

Para la Policía es el principal sospechoso de su tenencia. Solo el abandono acarrea multas de 9.000 a 45.000 euros

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Juan Carlos, el joven de 22 años que aseguró que le mordió una serpiente de cascabel el sábado en el parque de Rodríguez Sahagún de Tetuán, sigue ingresado en la UCI del Hospital de La Paz en estado grave. Ahí le están suministrando un antídoto específico contra ese peligrosísimo ofidio, procedente del sudeste de EE.UU., ilegal en España. El tratamiento cuesta entre los 14.000 y los 15.000 euros, en función del número de viales que tengan que inyectar hasta contrarrestar el veneno. La dosis depende del tamaño del animal, en este caso, medio: de un metro de longitud, aproximadamente.

Averiguar de quién era el reptil y cómo llegó hasta el parque son las incógnitas que trata de despejar la Policía Nacional

. Los agentes aún no han podido tomar declaración al herido y principal sospechoso de la tenencia del animal; esperan hacerlo en breve. Aunque no descartan otras hipótesis, esta parece, a día de hoy, la más plausible.

Las consecuencias de poseer un animal venenoso y prohibido en nuestro país no son baladíes. El propietario del crótalo puede ser castigado con una pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a 24 meses. Así lo establece el artículo 333 del Código Penal para todos aquellos que «introdujeran o liberaran una especie de fauna no autóctona, contraviniendo las leyes y normas».

El misterio sigue

Además, solo abandonar a un animal en la vía pública constituye una falta muy grave, sancionada con una multa de entre 9.000 y 45.000 euros, según la Ley de Protección de los Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid, que entró en vigor el pasado 10 de febrero. Estas no serían las únicas infracciones que se le podrían imputar al propietario, entre ellas por la tenencia de una especie ilegal, peligrosa y en vías de extinción en una vivienda.

Este asunto no es ninguna broma. «No se pueden tener animales venenosos, ya que no solo constituye un riesgo para el dueño y quienes convivan con él, sino para los demás», precisaron a ABC fuentes del Gobierno regional.

Como ya informó ABC, el herido explicó en Urgencias que vio al reptil enroscado en unos arbustos. Lo cogió pensando que era una serpiente común y esta le mordió la mano. Entonces decidió matarla de una pedrada para que no hiciera daño a nadie. La dejó abandonada, llamó a la Policía y se fue a La Paz. Al ser venenosa, incluso tocarla acarrea consecuencias, agregaron.

Ya en el centro sanitario se mostró muy nervioso por el antídoto que le iban a suministrar, y que de hecho le inyectaron, en base al protocolo para las mordeduras de ofidios europeos (cada dosis cuesta 400 euros). Él reclamaba el americano (lo facilitó Faunia) porque decía que el reptil que le picó era muy venenoso. «Llegó a decir que era una cascabel», precisó la doctora Ana Martínez. No le hicieron mucho caso. Pensaron que o bien era un experto, un exagerado o, tal vez su dueño. Con todo, llamaron a expertos para cerciorarse ante la insistencia del herido. Al final, sí era una cascabel: la diamantina.

El misterio sigue.

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