Sucesos

Detenido un «camello» que resultó ser un policía municipal con antecedentes

Una riña en la puerta de un local por la mala calidad de la droga provocó su arresto. Llevaba 275 euros encima, más estupefacientes y su placa

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En todas partes cuecen habas. Esta frase se le pueden aplicar a un agente de la Policía Municipal destinado en la Unidad Integral del Distrito (UID) de Barajas, que ha sido detenido por sus compañeros del Cuerpo Nacional del distrito Centro, acusado de un delito contra la salud pública.

Lo más grave es que llueve sobre mojado; es decir, que cuenta con una reseña por los mismos hechos ocurridos en noviembre pasado. Y eso no es todo, además, tiene un antecedente judicial por un delito de malos tratos y amenazas en el que quebrantó la orden de alejamiento impuesta por un juez sobre su expareja, según explicaron las fuentes consultadas por ABC. Por ello lleva un brazalete antimaltrato.

El arresto de este funcionario, Javier T.

T., de 43 años, se produjo el jueves pasado. A las nueve y veinte de la mañana un coche patrulla de la Policía Nacional que circulaba por la calle de la Magdalena paró, a la altura del número 33, al ver a una pareja discutir de forma acalorada.

Estaban en la puerta de Las horas, uno de los «after hours» más antiguos de la capital, conocido por pinchar «house» y tecno. Los agentes se bajaron del «zeta» y se enteraron de que el motivo de la disputa era, al parecer, la mala calidad de la droga que el hombre había vendido a la mujer. Esta, según explicó ella misma, le estaba exigiendo que le devolviera el dinero ya que consideraba que había sido timada. Relató que había pagado treinta euros por un gramo de cocaína, una cantidad desorbitada, según adujo, al no estar satisfecha con la sustancia.

La disputa había empezado en el interior del establecimiento y acabó fuera, ya que el supuesto «camello», no es que se resistiera sino que, además de negarse a entregarle dicha cantidad, le espetó:«Déjame en paz. Soy poli. Olvídame». Y, para estupor de los agentes demostró que no iba de farol: se identificó como Policía Municipal y mostró su placa, que esta sí era de buena calidad, es decir, no era falsa.

En los «after hours»

En lo que discrepaba la pareja era en quien se dirigió a quién. La mujer aseguró que fue el vendedor quien la abordó y le ofreció el estupefaciente, mientras que el agente insistía en que fue ella quien le buscó dentro del establecimiento y le encargó la coca.

Con todo, y ante las evidencias, el agente municipal reconoció los hechos y explicó de manera espontánea que se dedicaba a vender droga en diversos « after hours» de Madrid y que había sido detenido ya por hechos similares, un extremo que resultó ser cierto. El arrestado llevaba encima 275 euros en efectivo producto de sus trapicheos, varias pastillas que podrían ser de éxtasis; una bolsa verde con más droga de diseño, MDMA, así como dos bolsitas de color negro con más polvo blanco.

En el registro realizado en su coche los funcionarios hallaron más pastillas, un arma blanca prohibida tipo mariposa y una báscula de precisión.

Hasta el lugar se desplazaron perros de la Unidad Canina por si había más estupefaciente escondido. No fue el caso. El detenido fue trasladado hasta la comisaría de Centro donde se negó a declarar y los agentes comunicaron a la UID su situación. Ayer pasó a disposición judicial, explicaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía.

Cuando un agente municipal comete un delito, Asuntos Internos puede abrirle un expediente, a la espera de la resolución judicial y suspenderle de funciones o de empleo y sueldo. Una vez la sentencia es firme, si en ella se determina la inhabilitación especial, –en función de la infracción–, puede ser expulsado del Cuerpo. Eso ha llegado a ocurrir en caso de lesiones.

Ver los comentarios