Desahuciados por sorpresa del gimnasio

El Fitness Place del Barrio de Salamanca, con más de mil socios, cerró el sábado sin previo aviso. Algunos socios renovaron sus cuotas esta pasada semana

Madrid Actualizado: Guardar
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Los cerca de mil usuarios de uno de los gimnasios de la cadena Fitness Place (Alcalá, 182), entre Ventas y Manuel Becerra (Salamanca), se encontraron el pasado sábado con el local completamente cerrado y de mudanza. Sin previo aviso y sin otra explicación de la dirección que «causas de fuerza mayor». Algunos socios, incluso, habían renovado sus cuotas esa misma semana.

El cese de la actividad, «totalmente repentino», según los afectados, ha generado varios grupos en Facebook y WhatsApp para buscar soluciones. Según destaca Miguel Torres, miembro de la plataforma «Reclamación a Fitness Place Sport» en esta red social, hay unos 350 clientes que van a denunciar ante Consumo. Torres indica que buscan «hacer presión y reclamar lo que les corresponde».

Desde Fitness Place explican a ABC que el cierre se debe a «un problema con el arrendamiento del local» y que están estudiando «cómo solucionarlo». Las opciones que plantean son la reubicación de los abonados en otro de sus gimnasios (Plaza Elíptica, San Isidro, Coslada, Arganda, Móstoles, Torrejón de Ardoz, Tres Cantos...) o esperar al alquiler de un nuevo local en la zona, el Barrio de Salamanca. Además, aseguran que «no habrá ningún inconveniente» para devolver el dinero de las cuotas. De hecho, al cierre de esta edición, algunos afectados ya habían recibido el reembolso.

La mayoría de los clientes, sin embargo, no está conforme y rechaza, sobre todo, el traslado a otros centros. Uno de los usuarios, que prefiere mantener el anonimato, declara que renovó su abono y el de su pareja el martes pasado y que no fueron advertidos del cierre: «Nadie me dijo nada y ahora me comentan que nos vayamos a otro que está lejísimos y que no nos sirve; del dinero no han dicho nada».

Alberto Espinosa, otro de los presuntamente engañados, señala que el viernes vio cómo se desmontaban las pantallas, «pero no le dio más importancia». Solo unas horas después, el gimnasio estaba cerrado. A los socios no se les dio más información que la de un escueto SMS y un cartel en la puerta aduciendo a esa causa de «fuerza mayor». Si bien las cantidades que reembolsar rondan los 100 euros (400 en algún caso) en su mayoría, los afectados insisten en que «no es un problema de dinero, sino de impunidad».

El propietario del local es Gervasio Collar Ordas, administrador único del resto de gimnasios de la cadena en Madrid (cada uno registrados con una sociedad distinta) y de otras empresas relacionadas con el fitness, la hostelería y la promoción inmobiliaria en otras ciudades de España.

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