«Soy socialista». Con estas palabras se presentaba la nueva delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González , que sustituye a J osé Manuel Franco en esta responsabilidad. Tras prometer el cargo, González ha dejado claros sus objetivos: trabajar para aplicar las propuestas del Gobierno central en Madrid . Y también sus puntos de vista: ha lanzado una primera andanada contra Díaz Ayuso al apuntar que «los datos de la pandemia en Madrid comienzan a ser preocupantes».
Flanqueada por la vicepresidenta Carmen Calvo y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska , y con la presidenta regional y el alcalde madrileño, José Luis Martínez Almeida , a su lado, Mercedes González ha lanzado mensajes con carga ideológica. A la presidenta: «Está rodeada de mis amigos; estamos condenadas a entendernos». A Almeida, con quien ha convivido en la Corporación madrileña, le hizo un guiño sobre la buena sintonía que siempre han tenido.
A ambos les pidió un esfuerzo por resolver el problema de la Cañada Real , «una cuestión de dignidad», sobre la que ha asegurado: «Nos medimos en nuestra capacidad para solucionar este problema». Los cortes de luz en la zona , que la compañía achaca a las sobrecargas de la red provocadas por las plantaciones de marihuana , están pendientes del desmantelamiento de las mismas para solucionarse.
La delegada ha defendido que «la política, sin ética , es sólo gestión ». Y también que los políticos «no son intercambiables». La vicepresidenta Carmen Calvo ha llamado a la unidad incluso entre diferentes políticos, como los que hoy se reunían en este acto, porque «simboliza al país en que vivimos: extraordinario, en convivencia pacífica, plural y libre».
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