La oficina de la Comunidad de Madrid, en la calle Sagasta número 6
La oficina de la Comunidad de Madrid, en la calle Sagasta número 6 - GOOGLE MAPS

Debate sobre la eutanasiaMás de 19.600 «testamentos vitales» en la Comunidad de Madrid

Las mujeres doblan el número de hombres que han formalizado sus instrucciones previas en la región

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Desde diciembre de 2006, fecha de la constitución legal del registro, 19.600 madrileños han formalizado su declaración de instrucciones previas en la oficina ubicada en la calle Sagasta número 6, en Chamberí. Este es un derecho contemplado por la legislación autonómica y consiste en que todo ciudadano mayor de 18 años puede expresar por escrito sus deseos sobre qué tratamientos médicos recibir al final de su vida. La libre decisión del paciente queda anticipada en caso de que, llegado el momento, no tuviera capacidad de expresar su voluntad, por grave deterioro físico o psíquico. Estas instrcucciones son registradas por sistema informático que conecta a todos los centros de salud y hospitales españoles, públicos y privados, de forma que se garantice su efectivo cumplimiento.

El documento puede ser modificado o anulado en cualquier momento, a petición del paciente.

La mayoría de «declarantes» oscila entre los 56 y 65 años; lo firman unas 17 personas al día

Entre las instrucciones para la atención médica figuran: la opción de renunciar a prolongar superficialmente la vida con técnicas de soporte vital o respiración asistida; el rechazo expreso a recibir medicamentos o tratamientos complementarios «si en nada van a mejorar» la recuperación o aliviar los síntomas; el deseo de que se proporcionen tratamientos paliativos para quitar el dolor físico o psíquico, o de angustia: el deseo de que se facilite la compañía de familiares en el trance final... También se recogen instrucciones sobre donación de órganos y del cuerpo para la investigación o enseñanza universitaria.

Un reducido grupo de especialistas en Medicina y Derecho dirigidos por la doctora María Ángeles Ceballos informan y asesoran al ciudadano en la calle Sagasta. «La mayoría», afirma la responsable, llegan motivadas por una experiencia reciente en la que han acompañado a familiares en una situación de sufrimiento final y «tienen claro lo que les gustaría que se hiciese o no desde el punto de vista sanitario», en el final de su vida. También acuden por motivación ideológica o religiosa. Por ejemplo, los testigos de Jehová que, «por mandato Bíblico», rechazan recibir transfusiones de sangre.

El número de mujeres dobla al de los hombres y el perfil mayoritario oscila entre los 56 y 65 años, seguido del grupo de entre 67 y 75 años. Aunque hay 380 jóvenes de entre 18 y 25 años que también han formalizado este trámite. También es posible hacer este proceso ante notario, que transmite el documento al Registro por convenio con la Comunidad de Madrid.

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