«Multamos a gente que hace fiestas en casa con amigos, abuelos en el parque y chicos en patín»

Los agentes de la Policía Municipal que están sancionando a quienes incumplen el decreto de estado de alarma no salen de su asombro sobre la casuística que se están encontrando cada día. No es para menos: desde gente que organiza fiestas con sus amigos en casa a ancianos que no se resisten a tomar el sol en el parque de su barrio, como si la cosa no fuese con ellos. Esta es la radiografía de las personas que pasan de las advertencias sanitarias y del orden público, que ayer sumaron 342 nuevas denuncias en la capital y que, desde que se impuso la medida excepcional, son ya un total de 792. Y 13 detenidos en estos tres días.

A la luz de los datos, una de las preguntas clave es por qué el grueso de los «díscolos»son detectados en distritos como Centro y Puente de Vallecas. Las fuentes consultadas por ABC indican que lo que ocurre en el primero de ellos, además de tratarse de la zona de paso más importante de la capital (con el consiguiente trasiego de turistas «despistados») es que se están organizando fiestas privadas en casas. Así ha ocurrido, por ejemplo, en calles como Mesón de Paredes (en la zona de Embajadores-Lavapiés ) y en las Cavas . «La gente es muy inconsciente. Como no pueden salir a los bares y discotecas, los pillamos yendo a esas casas o incluso se producen casos en los que llaman los vecinos quejándose», explica un funcionario policial, que recuerda: «Se puede multar también en las viviendas, porque en ellas tienen que estar las personas de esa unidad familiar, no invitados ni amigos. Cada uno debe estar en su casa».

En el caso de Vallecas, el alto número de sanciones se achaca , entre otras cosas, a la edad avanzada de estas personas. «Se van al parque a tomar el sol o a pasear como si la cosa no fuera con ellos. Esta gente mayor tiene unos hábitos conformados de los que es muy difícil hacerlos desligarse , ese es el gran problema», añade otra fuente.

No es una situación privativa solo de la capital. En Móstoles, por ejemplo, los policías han tenido que intervenir por alguna pelea entre ancianos y jóvenes por ver quién de ambos colectivos podía estar en un parque: «Como si la alarma no fuera con ellos».

La indignación de estos servidores públicos y de la inmensa mayoría de la población, que sí cumple con las restricciones, es mayúscula. Como aquellos que van en patinete particular paseándose por la calle (ayer, por ejemplo, hubo alguno al que le cayó una multa) o paseando en bicicleta y corriendo para hacer deporte. Ello llevó al alcalde a cerrar los parques de la ciudad, ante la falta de respeto a la norma en estos enclaves. «Por suerte, en la capital nos hemos adelantado 72 horas a la orden nacional», explican fuentes policiales.

También se han producido casos surrealistas, como el de una conductora china que llevaba encima a su hija , prácticamente un bebé, y a cinco miembros de su familia en el coche;se la multó por un delito contra la seguridad del tráfico y por incumplir la orden: iban a visitar a un pariente. O el sujeto que fue detenido por usurpación de identidad, al hacerse pasar por un miembro de las Fuerzas Armadas para poder ir por la calle. O aquellos a los que han levantado acta por ir en pareja a pasear el perro . O la empresa que tenía a sus trabajadores trabajando a menos de 20 centímetros de distancia entre sí: «Hay que recordar que este tipo de personas se arriesga a que las investiguemos por un delito de autoría o cooperación contra la salud pública. Y que las multas van de 600 a 30.000 euros , pero se agravan por el estado de alarma».