Así cazaron en un vagón de metro al mayor depredador de la intimidad de mujeres

En apenas un año, el arrestado llegó a publicar 283 vídeos en portales pornográficos

Momento en que los agentes detienen al malhechor Policía Nacional

A. S. Moya

Actuaba al descuido, de forma compulsiva y sin ningún tipo de escrúpulo. La Policía Nacional ha detenido a uno de los mayores depredadores de la intimidad que, ataviado con una mochila y un teléfono móvil acoplado, llegó a grabar las partes íntimas de más de 500 mujeres por debajo de sus faldas y vestidos sin su consentimiento. Por si fuera poco, lejos de ocultar su perversión, este sujeto, de 53 años y nacionalidad colombiana, publicó hasta 283 de los vídeos obtenidos en páginas web pornográficas, que acumulan a diario millones de visualizaciones. Algunas de sus víctimas -un total de 555 identificadas- son menores de edad.

El presunto autor fue cazado in fraganti mientras filmaba imágenes de una mujer en el metro. Para ello, los agentes tuvieron que llevar a cabo una compleja investigación iniciada cuando en un portal de contenido sexual explícito, con más de 20 millones de seguidores , fue detectado un perfil que estaba subiendo a la red multitud de secuencias captadas en Madrid, en las que se podían ver las zonas íntimas de centenares de mujeres. Esta práctica, conocida por el nombre de «up skirt», se ha extendido progresivamente en Europa a raíz del desarrollo de los dispositivos móviles con cámaras incorporadas.

Una vez registrada su actividad, los investigadores comprobaron que, además de grabar vídeos de cuerpo entero y partes íntimas como los glúteos o la ropa interior, también capturaba en ocasiones los rostros de las víctimas , con el perjuicio añadido que ello conlleva. Desde que publicó el primer vídeo, en junio de 2018 -aunque no se descarta que hubiera hecho lo propio con anterioridad en otros portales-, el malhechor había conseguido acumular 3.519 suscriptores, 84.595 visitas y 1.367.999 visualizaciones de los contenidos alojados.

Supermercados y vagones de tren

A medida que diseminaban todo el material, los agentes constataron que el individuo elegía a sus víctimas en lugares transitados , llegando a seguirlas por la calle para poder obtener tomas más cercanas. Los espacios elegidos para acometer los asaltos iban desde vagones de Metro o Cercanías hasta supermercados u otro tipo de tiendas. Con el cerco cada vez más estrecho, lograron identificar a un hombre como presunto autor de los hechos. Verificada su autoría, los policías le dieron caza en el suburbano en el momento que portaba una mochila negra y trataba de llevar a cabo un nuevo «up skirt».

En el registro de su domicilio, fueron intervenidos tres discos duros y un ordenador portátil que contenían decenas de gigas de vídeos grabados a centenares de víctimas. Pese a que estos archivos continúan analizándose para precisar el alcance real del número de delitos, los investigadores llegaron a la conclusión de que el arrestado salía a cazar de manera compulsiva, prácticamente a diario y a todas las mujeres que tenía ocasión.

Una treintena de víctimas que fueron grabadas en solo cinco días ya han sido identificadas. Tras su arresto, el hombre fue puesto a disposición del juez, quien decretó su ingreso en prisión provisional.

Pese al repunte de casos en Europa, ciudades asiáticas como Singapur continúan a la cabeza de esta práctica delictiva con cerca de 700 vídeos al año . Más allá de los teléfonos móviles, han surgido otro inventos más sofisticados, como bolígrafos, mecheros o relojes, que incluyen cámaras e, incluso, algunos calzados con dispositivos de grabación acoplados.

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