Café para todos en Sol en la celebración más austera del Día de la Constitución

Habrá menos de la mitad de invitados y no se servirán canapés

Recepción del Día de la Constitución en una pasada edición IGNACIO GIL
Sara Medialdea

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La recepción oficial que ofrecen cada año el Gobierno de Madrid y la Delegación del Gobierno para celebrar el Día de la Constitución será este año más austera que nunca. Sobriedad máxima es la consigna que están siguiendo sus organizadores. De hecho, es dudoso que se repita el besamanos de otras ediciones, y a la Real Casa de Correos sólo han sido invitadas unas 400 personas , menos de la mitad de las que acudían a esta celebración en otros ejercicios. En la invitación lo dice bien claro: «Individual, intrasferible y sin acompañante».

Resulta curioso que justamente este año, cuando la Carta Magna ha estado protagonizando las noticias cada día por el desafío independentista en Cataluña, sea el que Madrid vaya a celebrar con más modestia su aprobación por los españoles. Pero todo tiene su razón de ser, y desde el Gobierno regional lo explican: «Se quiere dar más relevancia a la defensa de la Constitución, que es la esencia del acto, y dejar a un lado lo accesorio, la recepción».

400 invitados sentados

Por eso, en esta ocasión el acto, que tendrá lugar el día 5 de diciembre a las 10.00 horas, reunirá unas 400 personas, «no más», que asistirán sentados a los diferentes discursos que tendrán lugar: el de la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, y el de la presidenta regional, Cristina Cifuentes.

Los invitados se limitarán, indican fuentes oficiales del Gobierno regional, a los cargos institucionales, los representantes de la Justicia, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, del Gobierno Central - se espera a varios ministros , aún por confirmar-, y los alcaldes de los municipios madrileños, así como los diputados regionales de los diferentes grupos políticos.

Está previsto además que la Banda de Música del Ejército toque el himno de España al finalizar el acto. Los habituales canapés serán sustituidos, en pro de la austeridad perseguida, por un café.

Acto social

Atrás quedan aquellos tiempos en que esta celebración del Día de la Constitución se convertía en una riada de personalidades no sólo del mundo de la política, sino también del arte, del deporte, del toreo, del cine, de la música, de la danza, del espectáculo, etcétera, que abarrotaban los dos patios de la Real Casa de Correos formando corrillos mientras a duras penas se movían entre ellos docenas de camareros portando bandejas con canapés o bebidas.

En esta ocasión, se quiere primar el contenido sobre el continente: quieren que deje de ser un acto social para convertirse en un auténtico homenaje a la Constitución, justifican. Que además, insisten, costará mucho menos a los madrileños. Incluso evitan definirlo como recepción porque, insisten, «sólo será un café». Con todos los invitados sentados atendiendo a los discursos oficiales. Lo que evidentemente no va a faltar es la bandera de España.

Sin duda, las restricciones en el número de invitados van a levantar más de una ampolla entre quienes se queden fuera del acto. En otros casos, la noticia estará en saber si acuden o declinan la invitación: es el caso de la alcaldesa Manuela Carmena , que no acudió el año pasado alegando problemas de agenda, ni el anterior porque se encontraba en un viaje oficial en París. En ambas ocasiones, el Ayuntamiento de Madrid estuvo representado por la primera teniente de alcalde, Marta Higueras, y por otros miembros del Gobierno municipal de la capital.

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