Batalla campal en los 100 Montaditos de Vallecas por una agresión machista

Tras ser recriminado por atacar a su novia, un hombre la emprendió a jarrazos contra otros clientes en el establecimiento

La cervecería 100 Montaditos de la avenida de la Albufera GUILLERMO NAVARRO
Aitor Santos Moya

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Eran las nueve de la noche del pasado domingo y el consumo de cerveza en los 100 Montaditos subía como la espuma. El pequeño local, situado en el número 67 de la avenida de la Albufera, estaba repleto: grupos de jóvenes, padres con hijos... todos disfrutaban de un agradable rato hasta que una discusión quebró la fiesta . Una clienta se percató de que en la mesa de al lado un hombre gritaba acaloradamente a su pareja –amenazando incluso su integridad física–, cuando decidió interponerse. Ni corto ni perezoso, el agresor le tiró un servilletero negro , lo que derivó en una batalla campal , con varios heridos de carácter leve y otros tantos coches de la Policía Nacional obligados a intervenir.

Tras el primer lanzamiento, el hombre, que huyó con su novia antes de que se personasen los agentes, la emprendió a jarrazos contra el resto de la clientela. Testigos presenciales señalan, además, que casi en la puerta recogió cristales rotos del suelo para arrojarlos hacia las mesas del fondo, donde algunos niños se refugiaban de la lluvia de objetos. «Salimos corriendo porque estaban tirando de todo», explica una mujer, sin comprender el porqué de tanta violencia : «Podría haber ocurrido una desgracia».

Una llamada al 091 movilizó de inmediato a varias patrullas de la Policía que, una vez en el establecimiento, comprobaron que el presunto maltratador había huido en compañía de la víctima. Con las descripciones aportadas por trabajadores y clientes, los investigadores tratan ahora de identificarlo . Se sospecha que reside por la zona, en el barrio de Numancia o alrededores. Fuentes policiales detallaron a este periódico que varias personas precisaron de atención médica por cortes y golpes –ninguno de gravedad– y que los únicos daños materiales registrados fueron los vasos y jarras rotos, estampados contra el suelo, las mesas y las paredes.

«Este es un lugar donde se junta la gente a beber y a veces hay peleas », relata un asiduo del establecimiento. El lunes, los empleados de los 100 Montaditos recuperaron la normalidad, aunque aún con el susto en el cuerpo.

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