Manuel nos enseña su particular desastre. Sus abejas arrasadas por el fuego. "Había 70 y ardieron 20".Supone unos 3000 euros de pérdida pero lo peor no es eso. Los ejemplares que han sobrevivido habitan en un paisaje negro, sin vida, completamente muerto.El fuego en la Sierra de O Courel ha llevado a la ruina a decenas de apicultores lucenses. Caminando por el monte nos encontramos colmenas y colmenas quemadas, hasta 1500.Un desastre medioambiental para un ejemplar que es básico en la floración y esplendor de nuestros paisajes y cuyo oro líquido, su miel se verá drásticamente reducida.
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