Ni los vikingos pueden hacer frente al coronavirus

Desde hace exactamente 60 años se celebra en Catoira la tradicional «romería vikinga» que este año ha tenido que cancelar su mítico desembarco

Imagen de archivo del desembarco de 2013 EFE

Ántar Vidal

Ni uno de los pueblos legendariamente más bravo y valiente de todos los tiempos, conocidos por sus frondosas barbas y cascos con cuernos se libran de la pandemia del coronavirus. Es posible que los vikingos hayan asaltado y quemado pueblos enteros, abordado barcos y saqueado a otras civilizaciones, pero en este año 2020 no les queda otra que tapar sus mullidas y rubias barbas con una mascarilla.

Así sucedió en Catoira , pueblo gallego conocido por su tradicional «Romería Vikinga» en la que decenas de vecinos del pueblo se meten en la piel de unos normandos invasores o campesinos que se tienen que defender de esta nueva amenaza. Desde hace exactamente 60 años eso sucedía así: un drakkar -embarcación tradicional vikinga- repleto de agresivos guerreros atracaba en la costa de Catoira, concretamente en la zona de la Torres de Oeste. En los alrededores de estas construcciones del siglo X levantadas precisamente tras repeler un ataque normando real, esperan otro gran número de vecinos de Catoira dispuestos a «defender» su tierra: así es como comienza, cada año, la representación de estas épicas y conocidas batallas.

Al menos, así era hasta este domingo, cuando debería celebrarse, una vez más, esta dramatización. Sin embargo, como todo el mundo sabe —a excepción, quizá, de ese tribu que vive aislada en su isla y tira flechas a los forasteros. A lo mejor, incluso, son lo más parecido a los vikingos que queda hoy en día—, nos ha tocado vivir en la misma línea temporal que una pandemia mundial. Y de eso no se libran ni los vikingos.

En el Concello, no tembló la mano al decidir si suspender el evento o no. «Nos gustaría hacerla como se hizo hasta ahora, pero no es posible», lamenta Alberto García García , alcalde de la localidad. Y la decisión aún duele más coincidiendo con el 60 aniversario de la celebración, pero «tanto los vecinos como los forasteros tienen que entenderlo». A algunos les habrá pesado más la cancelación del desembarco que a otros, muchos son los que no fallan a esta cita ni un año y llevan varias ediciones a sus espaldas, pero el alcalde dice que él «es el que más lo lamenta». De hecho, fue García el regidor con el que esta celebración adquirió carácter de Fiesta de Interés Internacional en el año 2002.

Sin embargo, los catoirenses son tan decididos como los vikingos y, a pesar de las adversidades, han tratado de sacar adelante tan señalada fecha de la mejor forma que se pudo para«evitar sustos por el covid-19», como señala el alcalde. Así, las celebraciones comenzaron de la mano de Abraham Cupeiro desde este viernes noche. Por supuesto, en la emblemática localización de las Torres de Oeste a la vera del Río Ulla, pero con un aforo limitado a 300 personas. El músico no dio un concierto como normalmente los entendemos hoy en día, sino que mezcla música, historia y cultura. Fueron un centenar los instrumentos, muchos construidos por él mismo, que tocó Abraham en su espectáculo «Resoando no pasado», todos ellos con algo en común: son instrumentos musicales que utilizaban nuestros ancestros.

Quizá el evento que mantiene más relación con la tradicional celebración tiene lugar este sábado. La Sala Viguesa de Esgrima Antigua muestra a otros tres centenares de curiosos las técnicas de lucha vikingas de los poblados del norte que trataron de invadir Catoira. Y qué mejor localización para esta demostración con armaduras y espadas que las Torres de Oeste, el enclave de los tradicionales desembarcos. Esa tarde, los más pequeños pudieron disfrutar del espectáculo cómico «Saaabor!». El sábado se cerrará con pirotecnia y pasacalles que sorprenderán a todos los asistentes.

Tendría que haber sido mañana domingo cuando el grueso de las fiestas tuviera lugar. Si ya ha sido bastante la condensación de las festividades, normalmente es una semana, también se han tenido que conformar los habitantes de Catoira con un espectáculo alternativo al mítico desembarco vikingo. Por la mañana, «para evitar aglomeraciones», como señala el alcalde, se celebrarán pasacalles en diferentes lugares del municipio en los que brillará el folclore gallego y el sonido de las gaitas pondrá a bailar a los asistentes. En los últimos días, el Ayuntamiento publicó un vídeo en Internet con los vikingos con mascarilla, quizá algo menos imponentes que de costumbre.

Será O Chuso de Catoira el encargado de acarrear la responsabilidad de amenizar el domingo a los 300 catoirenses mediante su espectáculo «Éche o que hai» en las Torres de Oeste, retransmitido también en directo en el Facebook del Concello para todos los curiosos. A este espectáculo también se le sumarán la Banda de Música de Catoira y la Escuela Municipal de Teatro.

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