El primer vehículo fabricado en la planta, un Citroën Azul, estrenó el parking
El primer vehículo fabricado en la planta, un Citroën Azul, estrenó el parking - EFE

La transformación de PSA Vigo toma forma con su nave más emblemática

Dobla el número de aparcamientos y recrea el mayor jardín vertical de Europa

Santiago Actualizado: Guardar
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El plan de transformación de PSA Vigo va tomando forma al tiempo en el que el centro gana en competitividad y atractivo para acoger nuevos lanzamientos que se sumen a los ya anunciados K9 (la nueva generación de furgonetas) y el todocamino V20, con una estimación de producción que supera las 450.000 unidades anuales. Y en este camino ayer la alianza de la firma automovilística y Zona Franca, como promotora del polígono de Balaídos, daba un paso más al inaugurar la tercera de las naves comprometidas, con 12.500 metros cuadrados de suelo logístico y 30.000 de aparcamiento para vehículos de empleados (1.236 plazas). Una infraestructura que contó con una inversión de 18 millones de euros y que ahora será explotada por la compañía gala en régimen de alquiler.

«Una referencia industrial en el corazón de Vigo», quiso destacar la delegada de la Zona Franca, Teresa Pedrosa, durante el acto de inauguración, el primero de Frédéric Puech como director del Polo Industrial Ibérico y de PSA en sustitución de Yann Martin. Y atendiendo a la estética que presenta el nuevo edificio no le falta razón a Pedrosa, pues ejemplifica «la transición entre la ciudad y la parte industrial» con la fachada vegetal «más grande de Europa», concretamente 1.350 metros cuadrados de jardín vertical, del que llama la atención que solo gasta medio litro de agua por metro cuadrado; 1 euro al día.

Una nave que «cambia la fisionomía y el funcionamiento de PSA, cuyo principal cometido es avanzar en «términos de competitividad», tal y como destacó Puech, quien elogió la «contención y racionalización del gasto», en una intervención que siguieron atentamente el presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, junto a más de medio centenar de invitados.

Tanto Feijóo como Caballero coincidieron en dar las gracias a los trabajadores, a quienes atribuyeron el mérito de hacer realidad un proyecto que «no parecía fácil», tal y como señaló el mandatario autonómico en clara referencia a la anulación por parte del Supremo del PGOM en una decisión que amenazaba seriamente la obra. Esta infraestructura forma parte del plan de transformación de tres fases dotado con 81 millones.

Feijóo aprovechó para recordar parte de su discurso de investidura al acentuar la necesidad de dar «seguridad y certezas» a las empresas y familias», para apuntar que en el caso de PSA «cada vez que se le ha dado una oportunidad la ha aprovechado exponencialmente».

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