Luis Ojea - La Semana

Retratados

O Villares o Quinteiro. Uno de los dos no saldrá políticamente vivo del duelo

Luís Villares ha acertado al pedirle la dimisión a Paula Quinteiro. Tarde, sí. Pero ha acabado haciendo lo que tenía que hacer, lo que todo su partido debería haber hecho desde el principio. Y con ello, de paso, ha dejado retratados a sus compañeros de formación y ha abierto la caja de Pandora. Lo que ha planteado es un órdago a todo o nada. O él o Quinteiro . Uno de los dos no saldrá políticamente vivo del duelo.

El riesgo de la maniobra para Villares es alto y el resultado final para él muy incierto. Dando por hecho que la diputada de En Marea se va a atornillar a la silla y no dimitirá en las próximas horas, está por ver que el portavoz del grupo consiga imponer una consulta a las bases del partido. Está por ver que los militantes respalden su criterio. Y, aun así, está por ver que Quinteiro acate ese resultado y, en caso de que no lo haga, que el grupo la vaya a expulsar al Mixto. Si la diputada resiste mucho más tiempo, Luís Villares quedará deslegitimado como líder de la oposición. Si gana el pulso el portavoz, los que saldrán muy tocados del envite serán Podemos y los críticos. De una u otra forma, lo más probable es que el invento acabe saltando definitivamente por los aires .

Doble vara de medir

La decisión de Villares aboca sí o sí a En Marea a una guerra interna, quizás la definitiva, pero también desenmascara implícitamente la doble vara de medir de gran parte de la izquierda . Ávida siempre en la exigencia de responsabilidades ajenas, pero poco ducha a la hora de asumirlas cuando la tormenta cae en su propio cortijo. Si un cargo público de otro partido hubiese hecho, como refleja el atestado policial, ostentación de su condición de diputado en una disputa con la policía estaríamos oyendo a todas horas improperios desde el rupturismo contra ese político y su partido. ¿Por qué no sucede lo mismo cuando el protagonista es de los suyos? La incoherencia al desnudo. Este ha sido el más ridículo episodio de los últimos tiempos del clásico sostenella e no enmendalla. Es de una torpeza infinita pretender mantener a Quinteiro como diputada. Por parte de los que han salido públicamente a defenderla, como Carmen Santos. Por parte de los que la han avalado indirectamente, como Martiño Noriega. Y por parte de los que, maniobrando desde el backstage, la utilizan para su propia guerra, como una parte de Anova y de la Marea Atlántica.

Hasta el infinito y más allá

Esa es la clave de bóveda de toda esta película. El caso de Paula Quinteiro solo es el pretexto que algunos encontraron para iniciar la trama. Como pasó cuando el exdiputado Calviño se mudó a Dinamarca la legislatura pasada. Aquello acabó en escisión. El final de este sainete será el mismo. Llevan sembrando y abonando el terreno para esta cosecha desde hace meses. Podemos hace tiempo que quiere medir fuerzas con sus socios porque se sienten incómodos con este matrimonio de conveniencia con el nacionalismo . Por eso amagan con presentarse con sus siglas en las municipales en aquellas plazas donde se sienten más fuertes. Y algunas corrientes de los soberanistas están dispuestas a aceptar la apuesta para desembarazarse de la formación morada, a la que consideran un lastre. En medio, los autoproclamados alcaldes rebeldes, a los que les sobra Villares.

Unos y otros han preparado el caldo de cultivo perfecto para la implosión. Tardará más o tardará menos, pero, como el mito de Sísifo, el rupturismo parece condenado a repetir hasta el infinito la misma senda de autodestrucción . BNG, AGE, En Marea, … Hasta el infinito y más allá, como diría Buzz Lightyear.

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