ENTREVISTA

«Quizá tengamos que insistir en la donación por encima de los 65»

ABC entrevista a Marisa López, directora de la agencia autonómica de donaciones. En un contexto poblacional adverso, Galicia aguanta la tasa de donación aconsejada. «La autosuficiencia no peligra» pero «cada vez es más difícil la gestión»

López, durante la entrevista con ABC MUÑIZ

Rocío Lizcano

Marisa López revisa su teléfono móvil. Todos los días, apunta, recoge con preocupación alguna noticia referente al declive demográfico que anticipa en Galicia el devenir de todo un continente . «Ese es el contexto en el que tenemos que trabajar», y «la renovación de la base de donantes se complica en este escenario, con una pirámide de población casi invertida», apunta la directora de ADOS, la agencia autonómica responsable de la gestión en la Comunidad de las donaciones de componentes sanguíneos, médula ósea, órganos y células madre de cordón umbilical . Mantener la actividad asistencial de los centros sanitarios gallegos requiere el ingreso diario de entre 400 y 500 donaciones de sangre, un reto que se complica año a año de la mano del decrecimiento, el envejecimiento y la dispersión poblacional. Por eso, subraya, la Agencia se ha volcado en un esfuerzo extra de contacto, información y concienciación dirigido a la población más joven que, sólo en el último año, acercó a 600 escolares a las instalaciones del centro .

Galicia encadena años de caída de donaciones de sangre. En 2017 se mantuvo por poco dentro de las recomendaciones de la OMS en 40 donaciones por millar de habitantes (en 2004 eran 46). ¿Cómo avanza este año?

—Las cifras son bastante similares a las del año pasado. Lo que nos preocupa muchísimo es la situación poblacional de Galicia, una pirámide casi invertida en la que el reto de renovar la base de donantes se complica. Por eso ese esfuerzo, primero de información, porque hay mucha gente que se sorprende cuando le cuentas que los componentes sanguíneos tienen una fecha de caducidad y que por eso es necesario no sólo donar, sino que esas donaciones sean sostenidas, y luego de concienciación. Hemos puesto un acento muy especial en nuestras colaboraciones con centros educativos para que los jóvenes entiendan lo que hacemos aquí.

¿Trabajar al donante futuro?

—Efectivamente, muchísimo. Y además desde muy pequeños. Hemos publicado, por ejemplo, «Papá Bolechas doa sangue», que presentamos en muchos centros de Galicia, a veces acompañado de alguna acción especial como cuentacuentos, y dentro de la campaña Mensajeros Solidarios, que busca que los niños vayan generando un sentimiento positivo hacia la donación de sangre, y que nos ayuden también a llevar el mensaje a sus casas.

La OMS aconseja tasas de 40 a 60 donaciones por millar de habitantes. ¿Qué significaría bajar de 40? ¿Galicia dependería de reservas externas?

—Es cierto que la recomendación de la OMS va enfocada a la autosuficiencia, pero hay que tener en cuenta que las tasas se calculan sobre población total, sin discriminar entre menores de 18 y mayores de 65. El último año caímos del 41 al 40 y no se limitaron en ningún momento ni hubo que modular las peticiones de los centros hospitalarios y esto es porque nuestros profesionales y nuestros hospitales trabajan activamente para que cada vez haya mayor eficiencia en el uso de la sangre. No existiría por tanto ese impacto, piense que teniendo la situación que tenemos Galicia es la cuarta autonomía en tasa de donación, hay trece que están por debajo. La autosuficiencia desde luego no peligra en este momento, pero sí que nos resulta más complicado gestionar el stock, sí resulta más difícil.

¿El esfuerzo en la concienciación desde las aulas empieza a mostrar resultados?

—Sí hemos visto un repunte en 2016 y 2017, pero no podemos conformarnos. Entre los 18 y los 22 años tenemos un 7% de incremento y, entre los 22 y 34, un aumento de casi el 22%, lo que nos viene a decir que esa gente que donó por primera vez repitió y sigue donando.

Eso, la continuidad, ¿es la clave?

—Un donante fiel es valiosísimo, trabajamos mucho en cuidar a nuestros donantes: hemos renovado tres de los siete locales de donación en los hospitales, también tenemos previsto este año renovar dos de las diez unidades móviles, que van cumpliendo años con el centro... Pero hay una idea que traslado siempre: al menos donar una vez al año. Todos tenemos ocupaciones, pero una vez al año... No resulta excesivamente costoso y sería muy importante.

¿Lo más frecuente es que el donante que empieza perdure?

—La mayor parte sí, pero a veces se distancian y ahí hemos detectado que incidencias que impiden la donación cuando el donante ya se ha desplazado hacen que les cueste volver. Hablamos por ejemplo una estancia en un país extranjero o un tratamiento reciente o cualquier otro motivo de exclusión temporal. La seguridad transfusional es vital, por eso somos tan rigurosos con el tema de exclusiones. Estamos intentando por todos los medios que esto no suceda, facilitando la consulta previa directa a través de redes sociales (además del 900 100 828) e impulsando nuevos servicios. En septiembre habilitaremos un sistema de citas vía App y recordatorios directo de fin de exclusión.

Están inmersos en ese trabajo de fondo de concienciación pensando en los futuros donantes, pero ¿existe alguna medida que pueda ayudar a corto plazo? ¿Ampliar por ejemplo el límite de edad de referencia para ladonación?

—La realidad es que se puede continuar donando una vez cumplidos los 65 si no existe un problema de salud y con la autorización del médico de familia. Quizá tengamos que trasladar esto a la sociedad de una forma más sólida. Para mí sería un punto a insistir, igual que cualquier persona de más de 65 puede donar sus órganos si fallece en condiciones de ser donante.

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