«Los que prosperan, a veces, son los trepas y los aduladores»

—¿Tenía alguna esperanza de que rectificasen o ya la había perdido?

—Cuanto más tiempo pasa menos esperanzas se tiene, pero mientras haya plazo es posible. Las posiciones se han radicalizado, y en esta asamblea no se ha negociado ni explicado nada. Solo han leído los estatutos de nuevo. Esto era un problema de La Coruña y se convocó a afiliados de toda Galicia para que hubiese menos porcentaje de críticos.

—¿Pudo hablar directamente con Fran Hervías?

—Dos palabras. En esta asamblea no se me dejó hablar hasta tres horas después de que empezase, cuando ya había gente que se había ido, y los oficialistas se levantaron cuando empecé a hablar. Nosotros fuimos con buena voluntad, pero sabíamos que esto era un enredo.

—Fue muy crítico con usted, ¿cree que llegó a la descalificación?

—Ya había llegado antes. Cada día dijeron una cosa distinta. Empezaron con que era una decisión personal, luego por mi trabajo en el Congreso, más tarde que querían contar con los mejores... No han concretado nada. Siempre he cumplido con mi trabajo y con la disciplina de partido. Al final, esto ha sido un capricho. En una lista no puede haber dos números uno, aquí había que colocar a alguien y echar a otro.

—Usted no tenía experiencia política. ¿Qué sensación le ha dejado este conflicto?

—Lo que ha pasado es similar a lo que puede pasar en una empresa. A veces no se valora el compromiso, el trabajo o los méritos, y los que prosperan son los trepas o aduladores. Ellos tenían miedo de que yo pudiese decir ciertas cosas incómodas, o siguiese presentando informes internos.

—¿En esos informes se hablaba de Galicia? ¿Qué se decía?

—Me quejaba del mal funcionamiento, de que no se dejase trabajar a las agrupaciones y de lo que se hacía mal. Desde Madrid se saboteaban las reuniones locales desautorizándolas.

—¿Esta crisis pasará factura electoral al partido?

—Yo creo que sí. No se puede explicar a los votantes una decisión que es así de arbitraria.