Un pacto en la A-6 para liderar al PSOE gallego

A falta de fuego en el monte, José Antonio Quiroga, secretario de organización del PSdeG, agarró una tea esta semana y le prendió fuego al partido , que desde entonces deja un rastro de humo que tardará bastante en desaparecer, si es que lo acaba haciendo. El número dos de los socialistas gallegos se descolgó en un artículo de prensa insinuando que Besteiro y González Formoso son «desleales» con la actual dirección de Gonzalo Caballero porque están articulando una alternativa para las próximas primarias. «Sombras del pasado», «baronías rancias», «traiciones», por no hablar de la crítica al actual presidente de la Diputación de La Coruña por «seguir coaligado a la empresa térmica de su concello, una de las más contaminantes en Europa». Pura dinamita. Las reacciones no se han hecho esperar, pero las más interesantes son las que no se han producido. Por ejemplo, Gonzalo Caballero no ha hablado. Y es locuaz cuando quiere, incluso cuando los periodistas le preguntan cosas que no le gustan y se salen de su guión preestablecido. La dirección del PSdeG no tiene nada que acotar o matizar a lo dicho por Quiroga . Lean entre líneas: lo respaldan. Por tanto, el Caballero que se erigió en máximo defensor de las primarias y que censuró que en su día Pilar Cancela tomara partido por Villoslada en las que él ganó, ahora consiente que su responsable de organización abandone esa deseada neutralidad. Cancela, a la que no la adornaron nunca excesivas virtudes como política, sí se guardó de disparar públicamente como hizo Quiroga esta semana.

Guardan silencio también José Ramón Gómez Besteiro y Valentín González Formoso , aunque por motivos distintos. El exlíder socialista lleva callado desde que dejó la primera línea política. Ni siquiera los sucesivos archivos de sus causas judiciales -una montaña de indicios vacíos que Pilar de Lara construyó sin base alguna- le han hecho regresar al foco mediático. Pero eso no le ha impedido, según confirmaron fuentes socialistas a ABC, visitar la sede del PSOE en Ferraz en fechas recientes. Besteiro y Pedro Sánchez mantienen una buena relación personal, recuperada en los últimos tiempos. Quizá por ello, el entonces líder de la oposición en España dejó que Besteiro manejara sus tiempos para abandonar la política cuando en 2015 saltaron las primeras imputaciones por el ‘caso Garañón’, hoy todas archivadas. Incluso, Sánchez vino a Galicia y respaldó a su barón públicamente, aguantando un chaparrón de preguntas de los periodistas.

Besteiro se fue y no hizo ruido alguno. Ferraz tomó nota del sacrificio.También calla el líder provincial del PSOE coruñés, pero esto tiene los días contados: los que faltan hasta que anuncie su candidatura a las primarias, algo que ya se da por hecho en el partido. Podrá ser a finales de este mes o a principios del siguiente, pero nadie duda ya de que dará el paso como alternativa al proyecto de continuidad de Caballero. No va a responder a las provocaciones de Quiroga ni del ‘caballerismo’ , como tampoco lo han hecho sus más estrechos colaboradores esta semana, que han tirado de mensajes velados para salir del paso, como cuando José Manuel Lage pidió al PSdeG que le hiciese «oposición al PP». Formoso y Besteiro encarnan el mismo proyecto alternativo a Caballero, una suerte de «pacto de la A-6» que enlaza La Coruña y Lugo, con la aquiescencia de Ferraz y que Vigo no ve con malos ojos, aunque guarde las distancias.

La diferencia es que Formoso dispone de manos libres para lanzarse mientras y Besteiro todavía tiene pendiente una última causa judicial, que previsiblemente caerá como lo hicieron todas las anteriores que lo maniataron a él, a López Orozco, a Fernando Blanco y a tantos otros políticos de Lugo. No será hasta ese momento cuando vuelva a hablar, deja entrever su entorno . Mientras tanto, trabaja codo con codo con Formoso para que este acceda a liderar el PSdeG. ¿Podría ser Besteiro el candidato de las próximas autonómicas? Nadie parece tener la respuesta cuando faltan tres años para la cita electoral. Ferraz no vería con malos ojos devolverle la oportunidad que Besteiro vio perdida por obra y gracia de la juez De Lara. Con Formoso no habría choque de egos. Pero en este PSdeG si algo es irrelevante es el largoplacismo.

Que la dirección federal del PSOE no quiere que siga Gonzalo Caballero es un hecho incontestable. Antes de pasar al retiro, José Luis Ábalos ya dejó entrever que cabría una renovación en Galicia , junto con Madrid y Andalucía. Esta última ya sucedió. Luego vino la irrupción de José Miñones, exalcalde de Ames, primero como ponente en el congreso federal del PSOE y después designado como delegado del Gobierno en Galicia. Miñones es uno de los más próximos a González Formoso, aunque Caballero corriera a hacerse la foto con él para disipar dudas sobre la sintonía entre ambos. La visita de Besteiro a Ferraz es la puntilla a Caballero , en ese toque de difuntos que lleva sonando desde hace meses.En la dirección socialista, huérfana de autocrítica tras el desastroso resultado de las últimas autonómicas -que se maquilló diciendo que se habían subido dos puntos- en las que el BNG adelantó al PSdeG por la izquierda incautándose del grueso de los votos de la desaparecida En Marea, se rumia el argumento de que los críticos han sido «desleales» con Caballero.

Este llegó a usar esa terminología cuando, preguntado si querría el regreso de Besteiro tras su penúltima exoneración judicial, dijo que le parecería bien siempre que fuera leal con la dirección del partido. La lealtad que Caballero no tuvo nunca en la agrupación local viguesa, cuando estaba a la contra de su tío Abel y de Carmela Silva. Pero eso era antes de ser aparato. La «deslealtad» de los críticos , sin embargo, no se ha traducido en manifestaciones públicas en contra de su liderazgo o de su equipo, que sin embargo si se están produciendo ahora, cuando miembros de la ejecutiva de Caballero dimiten y abandonan el barco. La exalcaldesa de Sarria, Pilar Yáñes, lo hizo señalando en una carta a los «compañeros de viaje» del secretario general: « Más de una vez te advertí sobre esas personas (...) esa gente no te va a hacer llegar a buen puerto; te equivocaste en quien confiar» . El de Yáñez es el quinto abandono de la ejecutiva.Caballero sigue aferrado a la idea de que la militancia dará la espalda al aparato, como sucedió en su caso. Pero su equipo ya ha evidenciado por la vía de los hechos que tiene miedo a perder las primarias. El tiempo dirá.