Espectáculo de la orquesta París de Noia
Espectáculo de la orquesta París de Noia - CEDIDA

Las orquestas, cuando la verbena se hace industria

Las orquestas recaudan millones de euros en Galicia, en un sector que se profesionaliza y que concierta fechas a años vista

Santiago Actualizado: Guardar
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El verano en Galicia es sinónimo de verbena y orquesta. Los pueblos y las ciudades celebran sus festividades a ritmo de unas formaciones musicales más que conocidas en el panorama gallego. La elección de estas orquestas es muy variada y depende de muchos factores como el precio, el tiempo y el presupuesto con el que jueguen las comisiones.

¿Pero cómo se puede conseguir una fiesta perfecta? Las comisiones de fiestas explican que el tiempo y el presupuesto desempeñan un papel fundamental, sumado al nivel de reconocimiento de la orquesta seleccionada. Uno de los miembros de la comisión de fiestas de Santa María Alta (Lugo), Borja Darriba, explica que en su caso la elección de orquesta conlleva «ver el mayor número de orquestas posible.

Llamamos a sus representantes y dentro de lo que te interesa eliges entre los precios que te dan y los que puedes asumir». Además de negociar posteriormete para ajustar presuspuestos. Por su parte, las fiestas de localidades más grandes son distintas. El miembro de la comisión de fiestas de Vilalba (Lugo) José Rouco afirma que «al ser un concello más grande pues siempre notamos la misma gente. Si traes orquestas grandes acude más gente a la fiesta ese año». Para hacer frente a los gastos de estas celebraciones hay diferentes formas de financiación. Del puerta a puerta que se lleva en los sitios más pequeños, como es el caso de Santa María Alta, pero no el de Vilalba que recibe ayudas del concello.

Entre formaciones grandes, medias o pequeñas existen diferencias evidentes a la hora de contratarlas. Cuando hablamos de agrupaciones como la canaria El Combo Dominicano se contratan de año a año, ya que tienen una lista de espera muy amplia. Borja Darriba cuenta que para traer este año al Combo hicieron un esfuerzo que ronda los 11.000 euros para tener a una de las orquestas del momento. Y todo ello con dos años de antelación, que fue el tiempo con el que contactaron con la formación y negociaron su actuación. «Influyen mucho los precios, en los pueblos jugamos con presupuestos muy reducidos y ellos llegan al rural con unas cifras muy altas», explica Borja. Otras, como la Orquesta Panorama, pueden llegar a superar incluso los 15.000. En estas situaciones es común que los pueblos opten por grupos más pequeños. El cantante del Grupo Bomba, Airán Martínez, confirma que «aldeas de poco presupuesto y optan por contratar grupos más pequeños y tienen fiesta igual».

Con respecto a las orquestas de gama media, Darriba apunta a que en su caso suelen esperar hasta unos dos o tre meses antes «porque bajan los precios cuando se acercan las fechas, prefieren actuar más barato antes que no hacerlo». Por otra parte, las formaciones grandes no pueden rebajar sus honorarios ya que estos deben hacer frente a cubrir todos los gastos que conllevan tener un gran número de personal. Airán Martínez relata que «las grandes orquestas no pueden bajar presupuesto y por eso no tienen tantas fechas». Y es que el representante de esta orquesta canaria afirma que «el rumor» entre compañeros es una ligera disminución de las contrataciones entre las grandes formaciones, aunque siga siendo muy alto.

Renovación temática

La gran demanda que suscitan las orquestas se ha visto ampliada en estos últimos años. La renovación tanto temática como técnica de las formaciones han provocado que los asistentes y sus seguidores se multipliquen. Así, ahora estas agrupaciones incluyen espectáculos pirotécnicos, acrobacias imposibles en el aire y mucho fuego, como el espectáculo que ofrece este año la Orquesta Panorama, que recibe el nombre de «Dreams Tour». Los integrantes de las orquestas ya no son únicamente un grupo de músicos y cantantes, están tan especializadas y renovadas que entre sus filas cuentan con numerosos técnicos de sonido y de imagen, montadores especiales para crear los escenarios tan impactantes de los últimos años y bailarines especialistas. Más de 50 profesionales en muchas ocasiones, cifra que superan con creces las más grandes. Otras más modestas rondan cifras de 20 integrantes, que conforman un equipo que trabaja unido para sacar un show diario de varias horas de duración.

Adaptarse o desaparecer, es algo con lo que conviven estas formaciones y sobre todo estos últimos años en los que el giro temático en su repertorio es evidente. Darriba cuenta que «desde hace cinco años o seis aparecieron orquestas como París Panorama o Combo cogiendo canciones del momento y adaptándolas». Así pues, atrás quedan las «Macarenas» y los «Paquitos El Chocolatero», que se ven sustituidos por los grandes éxitos que resuenan a todas horas en radios y discotecas, y ahora también en cualquier verbena que se tercie. De esta forma el público se modifica y vuelven a las verbenas los jóvenes que prefieren pasar el rato a ritmo de los éxitos del momento que perfectamente ocupan las listas de ventas. Porque el «orquesteo» gallego ya no es solo bailar agarrados en el campo de la orquesta.

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