Parada de autobús en el centro urbano de Santiago de Compostela
Parada de autobús en el centro urbano de Santiago de Compostela - MIGUEL MUÑIZ

La oposición exige a la Xunta que aborte ya un «choque de trenes»

En Marea se pone a rebufo del BNG y no descarta exigir el cese de Ethel Vázquez

Santiago Actualizado: Guardar
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La vorágine de reuniones en la que se sumergió la crisis del transporte ha dejado en segundo plano la confrontación política. Pero los partidos de la oposición no están dispuestos a desaprovechar la oportunidad de atizar a la Xunta en en uno de sus primeros grandes escollos de la legislatura. En Marea, PSdeG y BNG solicitan a Ethel Vázquez —y por extensión, a Alberto Núñez Feijóo— que se baje de una supuesta torre de marfil en la que está parapetada, para arrimar el oído a lo que le dicen los trabajadores, los empresarios y demás actores que influyen en el sector.

El arco parlamentario enfrentado al PP se sube a la ola de las críticas y, de paso, solitica a la Xunta que ponga todos los medios a su alcance para evitar que la huelga de los autobuses

se cronifique durante los meses de verano. En ese sentido, el portavoz de los socialistas en O Hórreo, Xoaquín Fernández Leiceaga, exhortó a la Consellería a frenar un «choque de trenes» que sería perjudicial a todos los niveles. Para ello, cree que la administración autonómica tiene que redoblar los esfuerzos por «sentarse a negociar y mejorar sus posiciones». Antes de que sea demasiado tarde.

Leiceaga extrajo de unas jornadas organizadas por su grupo que «todas las partes quieren un acuerdo». Hay consenso sobre la necesidad de reformar el modelo del autobús en Galicia, pero al sector no le vale cualquier propuesta. El economista cree que el mapa «debe ser modernizado, pero con diálogo y sin poner en riesgo aquello que funciona, como el transporte escolar».

En un plano mucho más severo se mostró el líder de En Marea, Luis Villares. Si el socialista hizo hincapié en que «t odavía hay tiempo» para un pacto, el magistrado en excedencia denunció «un desgobierno absolutamente inadmisible». Los rupturistas critican que el Gobierno gallego haya diseñado una reforma de espaldas al sector y que haya renunciado a las rutas del autobús como herramienta para «la vertebración del territorio». «Bienvenidos sean los planes pero los planes tienen que hacerse escuchando a la gente», apostilló Villares.

En el carrusel declaraciones previas a la comparecencia parlamentaria de Ethel Vázquez —prevista para el próximo martes— los populistas se han puesto a rebufo del BNG en su petición de cese de la conselleira: «Estábamos buscando que cumpliera con su función de dar una solución que fuera viable para el sector, pero si no lo hace, tendrá que dimitir».

Los que primero demandaron la renuncia, los nacionalistas, censuraron que la Xunta intentara solucionar un problema «a golpe de decretazo». Para su portavoz, Ana Pontón, ese «autoritarismo» no es más que el síntoma de «debilidad» de quien se ha subido «al caballo de la soberbia y la prepotencia». El diálogo, con todo, se retoma el lunes: el prólogo de otra semana frenética.

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