«Es normal que el PSOE se vea amenazado, aspiramos a la hegemonía de la izquierda»

—Segunda fuerza en Galicia, En Marea. ¿Se lo esperaba?

—Sí. Es cierto que las encuestas son tendencias, pero teníamos datos que nos favorecían en dos provincias, La Coruña y Pontevedra; y en Orense y Lugo conseguimos acabar con el bipartidismo.

—¿Cuánto hay de éxito propio y cuánto de hundimiento del PSOE?

—Ha cambiado la sociedad gallega. Eso es lo que ha pasado, que todo está patas arriba y operan nuevos vectores que las fuerzas más tradicionales no supieron ver. La clave estaba en otro discurso y en otras variables que ahora mismo demostraron que era así.

—Habla de lo nuevo, pero tanto usted como Beiras son veteranos de la política. ¿En realidad, ha triunfado el eslogan de «queremos cambiarlo todo»?

—Siempre le he dicho al PP que lo relevante no son los nombres, sino los espacios políticos que se ocupan.

Empezamos siendo AGE, luego hemos constituido candidaturas de unidad popular y operamos en el imaginario de la gente que éramos. Somos el factor de cambio político. El régimen ha llegado a su final. La gente está harta de la corrupción.

—El PSdeG no les ve como una amenaza porque dice que ustedes no son un partido...

—No hablemos de los instrumentos, hablemos de los espacios políticos. El señor Besteiro sabe que tiene un problema en las autonómicas y nosotros vamos a trabajar con inteligencia, con cariño e ilusión para ser la primera fuerza en este país.

—Siendo una fuerza emergente en Galicia, ¿cómo se explica que uno de sus rostros más reconocibles se vaya a Madrid?

—Esto no estaba previsto. Voy a hacer el trabajo de manera dual, defendiendo los intereses de los gallegos y las gallegas. Yo no lo había previsto y me genera distorsiones personales bastante relevantes, pero voy a estar acomodándome y luego contaré cómo va a ser esto.

—Usted apela constantemente a la nueva política, pero observando el funcionamiento del «rupturismo» se llega a la conclusión de que quién decide son cuatro veteranos…

—Hay varios elementos que yo comparto a medias. Tenemos que definir el nuevo tiempo. Soy partidaria de que los procesos de ciudadanía lo sean realmente. La ciudadanía ha votado a En Marea porque quieren cambio y quieren organizativamente otra cosa. No practiquemos viejas políticas. Es vieja política registrar una coalición a las 12 de la noche.

—¿En Galicia, la izquierda rupturista ha herido de muerte al nacionalismo?

—No sé si ha herido de muerte. Ha habido un cambio. La disputa es la democracia. La habilidad que hemos tenido en exponer que los pueblos decidan pero no por razones nacionalistas, sino por razones democrática. Fue un elemento que engarzó en el imaginario de distintos pueblos del Estado. Soy una firme defensora de decidirlo todo, incluido en este caso la reivindicación nacional. Para tratar con solvencia el problema catalán hay que acudir a la democracia.

—¿Mantiene como línea roja el referéndum en Cataluña?

—A mí no me gustan las líneas rojas. No vamos a ser capaces de hablar de lo importante en Cataluña, de que han privatizado la sanidad y han destrozado los derechos sociales, mientras no resolvamos la cuestión nacional. Como urgencia tenemos que configurar el derecho a decidir en Cataluña y el desarrollo del mismo. Hay que empezar a reconstruir en Cataluña.

—¿La irrupción de las mareas no ha polarizado todavía más a la sociedad gallega y española?

—Yo creo que estamos en una situación de emergencia. Queremos garantizar los derechos humanos y eso es también una de las piezas que ha cambiado. Esto es transversal. Nos ha votado gente de un espectro ideológico amplio. La sociedad gallega hizo propio el discurso. Sin embargo, el PP tiene la estrategia de polarizar el discurso, pero no es así.

—¿Cuándo Pablo Iglesias sitúa como línea roja el referéndum en Cataluña no boicotea un gobierno de izquierdas?

—No. Pablo Iglesias no lo está colocando como un elemento central, es un elemento más como la reforma electoral o las medidas sociales. El PSOE sólo ha hablado de la consulta y si con lo demás está de acuerdo que lo diga.

—¿Augura un acuerdo o teme que haya elecciones?

—Yo no las temo, creo que las elecciones son muy saludables y pienso que tenemos un escenario muy complejo.

—¿Y en Galicia, cómo ve el panorama electoral? ¿Cuentan con el PSdeG como aliado?

—Yo creo que el PP va en senda descendente. Saben que están en una situación delicada, han perdido más de 15 puntos y con una ley electoral que les beneficia. Tenemos un momento muy bonito en el que se pueden articular nuevas formas. El momento de Feijóo está agotado. El perfil del presidente está agotado y la Marea va a ser la alternativa de gobierno en este país.

—¿No es un fraude de ley que se constituyan cuatro grupos parlamentarios de Podemos?

—En Marea no es Podemos. Hemos registrado una coalición electoral, exnovo. No hay ningún fraude. Hay una voluntad política clara de las fuerzas mayoritarias de impedir la pluralidad en el Congreso. Como se pongan trabas por el PP y el PSOE, se va a generar una torpeza política histórica y a tensionar más y polarizar más. Yo creo que es maravilloso que durante 30 minutos se pueda hablar de los problemas de Galicia.

—¿Afirmar que aspiran a la desaparición del PSOE y a la hegemonía en la izquierda es acertado?

—Aspirar a la hegemonía en la izquierda es acertado. El PP sabe que somos la alternativa de gobierno, y que no haya un gobierno sometido al PSOE. Para el PP es una garantía un bipartito. El PSOE tiene que saber que los espacios no se comparten. Son excluyentes y es normal que esté amenazado. El problema es que no sabemos que quiere el PSOE. Yo sé lo que quiere el PP. El problema del PSOE es de partido, de poder y de síntesis.

—¿No cree que influye en el ciudadano que dos partidos políticos que comparten espacio tengan problemas para ponerse de acuerdo?

—Yo creo que no nos llevamos mal. La disfunción viene de un PSOE que tiene un huevo en cada cesta. Ese es el problema. El problema del PSOE es el poder económico y ahí está este régimen. Hay una alternancia perfecta entre la banca y el Ibex 35, esto lo entiende muy bien Susana Díaz, lo sabe perfectamente. El PSOE es el partido del régimen por excelencia.

—¿Si no se entienden con Sánchez, no cree que con Susana Díaz será más difícil?

—Con Díaz lo bueno que tenemos es que sabemos que quiere que gobierne el PP. De eso no hay duda. Lo ha dicho ella. Lo que no sabemos es si el sector que representa Pedro Sánchez va a ganar la batalla por el poder en el PSOE.

—¿Qué va a pasar en AGE tras su marcha?

—No va a pasar nada. Van a seguir trabajando para ganar las autonómicas.

—Se comentaba que corriendo la lista de La Coruña la persona que sería diputada pertenece al colectivo Cerna. ¿Puede producirse otra salida al grupo mixto?

—Yo no sé lo que va a hacer la diputada. La conozco y la respeto mucho. Yo desearía que se quede en AGE.

—¿Su viaje a Madrid es de ida y vuelta?

—De vuelta va a ser porque voy a recorrer hasta la última parroquia para tumbar al PP y, desde luego, voy a formar parte de ese grupo que va a abrir un proceso de cambio en Galicia.

—¿Comparte la opinión de Xulio Ferreiro de que los alcaldes no deben dar el salto a las autonómicas?

—Yo respeto lo que dice Xulio, creo que también lo ha dicho Jorge. No me compete a mí decir esas cosas. Yo creo que ellos están ilusionados con proyectos de cambio y que quieren consumar ese proyecto. No puedo pronunciarme más.

—¿También Martiño Noriega?

—Soy muy respetuosa con todas las personas. Creo que hay que ser claros, no sé si es una cuestión de género. El que quiera ser algo, que lo diga. Yo no trabajo así. Hay que estar donde la historia te coloca y volver a casa de uno también es saludable.