Feijóo juega a maniobrar una de las máquinas del astillero de Fene
Feijóo juega a maniobrar una de las máquinas del astillero de Fene - MIGUEL MUÑIZ
Nuevo horizonte para el sector naval

Navantia Fene pujará por construir más de 300 estructuras para la eólica marina

La alianza del astillero público y Windar logra dos contratos en menos de un año que determinarán el futuro de la antigua Astano en un negocio con gran potencial

SANTIAGO Actualizado: Guardar
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De las paredes de las oficinas y las salas de reunión de Navantia Fene cuelgan aquí y allá fotografías de buques. También se pueden ver maquetas de algunas otras naves construidas décadas atrás en este astillero que comienza a respirar después de años de escasa actividad. Muy pronto, esos muros los decorarán otro tipo de imágenes:las de las estructuras para parques de la eólica marina en la que la vieja Astano ha depositado sus esperanzas no sin motivos. En menos de un año ha logrado dos contratos aliada con la asturiana Windar: 29 «jackets» —así se denominan a estas gigantescas torretas subacuáticas que sostienen los aerogeneradores— para Iberdrola con destino al Mar del Norte y otras cinco estructuras flotantes para la noruega Statoil, que se instalarán en Escocia, y cuya ejecución comenzó ayer con la presencia del presidente de la Xunta.

«Si se cumple en plazo, coste y calidad hay grandes perspectivas», aseguró Alberto Núñez Feijóo después de reunirse con representantes de las empresas implicadas en ambos proyectos.

Statoil se plantea hacer 60 más si este proyecto piloto le satisface, ya que aspira «al parque eólico más grande del mundo», señaló el líder autonómico. Iberdrola se ha adjudicado también nuevos parques que necesitará encargar y, en global, Feijóo estimó en «más de 300 las "jackets" que durante este año tienen que decidir su contratación».

Fene trata de posicionarse en este incipiente mercado gracias a «tres virtudes que» enumeró el jefe del Ejecutivo gallego: su localización, con salida al mar hacia enclaves estratégicos de esta energía renovable como Noruega, Dinamarca y Reino Unido,medios técnicos y cualificación del personal. Para hacerse una idea de lo que este negocio puede representar, fuentes de Windar indican a ABC que los parques eólicos terrestres en España tienen instada una potencia de 24.000 megavatios. Sin embargo, esta cifra se reduce a 9.000 en los parques eólicos marinos de toda Europa en la actualidad. La intención es, según manifiestan esas mismas fuentes, fortalecer la UTE (Unión Temporal de Empresas) entre Navantia y Windar y darle continuidad hasta hacer de Fene líder en este segmento «offshore».

Trabajo para 700 personas 

La inversión de Statoil es de 215 millones de euros y dará trabajo durante un año a 300 personas. Sumado al pedido de Iberdrola, en total son 700 empleos. «Estamos convencidos de que puede haber buenas noticias en los próximos meses», pronosticó Feijóo acompañado del presidente de Navantia, José Manuel Revuelta. Después de las tensiones en épocas recientes, ambos dirigentes se elogiaron mutuamente. Revuelta agradeció el «apoyo constante» de la Xunta en la obtención de carga de trabajo, mientras que el mandatario regional le felicitó «por la apuesta de diversificación que se concreta».

Las cinco estructuras flotantes para Statoil —que se entregarán entre febrero y marzo de 2017— pesan 3.500 toneladas cada una, con una longitud de 90 metros y un diámetro de 14 metros. Con 6 megavatios, soportarán «molinos» cuyas palas equivalen al diámetro de un Airbus A380. Necesitarán el mismo acero que dos portaaviones, tal y como desgranó Feijóo, quien lo calificó como «un enorme reto de la ingeniería energética». Además, su construcción, sumada a la treintena de «jackets» contratadas por Iberdrola suman «las mismas horas de trabajo que un flotel».

Pese a su tamaño, no habrá problema para su almacenaje, pues se pueden colocar en la ría hasta su entrega. Se prevé una botadura «muy similar a la empleada en un buque convencional que se celebrará el próximo verano», explican desde Navantia respecto a este proyecto bautizado Hywind, con el que Fene se hizo en un concurso donde competía con ocho rivales europeos. El ensamblaje previo se efectuará en las gradas del astillero, razón por la que este tipo de estructuras se realizan en unas instalaciones más acostumbradas a la puesta en quilla de embarcaciones.

No se anclan al suelo marino, sino que «se amarran y se pueden distribuir donde las condiciones del viento sean más favorables», detalló Feijóo, que visitó la nave donde se ejecutan y que ha necesitado ser adaptada y reforzada con nueva tecnología. Hasta ser concluidas, pasarán por distintas fases como la de corte y biselado, fabricación envuelta, ensamblaje o pintado.

«Fene está listo para competir en la eólica marina tras casi una década sin trabajo», celebró Feijóo con su conselleiro de Industria, Francisco Conde, que viene impulsando diversas políticas de innovación. Con la maquinaría en funcionamiento para hacer realidad el primer campo eólico comercial con turbinas flotantes, recordó que «no es fácil empezar con un nuevo producto», pero por ahora el viento sopla a favor.

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