La mejora de las rutas de autobús empieza por Lugo y Orense

Algunos de los autobuses que transitan por el rural de Galicia, lo hacen obligados por una concesión firmada a mediados del pasado siglo XX. El mapa de rutas, vetusto y poco adaptado a la demanda real de usuarios, sufrirá una reconversión total a finales de 2019, cuando la Consellería de Infraestruturas finalice la modernización de gran parte de las líneas actuales. La tarea comenzará por las provincias de Lugo y Orense, donde las renuncias de las empresas concesionarias alcanzó un 60 y un 80 por ciento, respectivamente. Así se lo trasladó ayer la conselleira del ramo en la materia, Ethel Vázquez, al presidente de la Federación Galega de Municipios y Provincias (Fegamp), Alfredo García. Durante el encuentro, Vázquez informó que su departamento sacará este mes a información pública el nuevo esquema de transporte de pasajeros en la Comunidad gallega, con el objetivo de que las primeras líneas comiencen en verano a operar con normalidad.

Esta será la primera fase del plan. Dejará entrever algunas de las novedades que la Consellería quiere implantar, como la adjudicación de contratos «zonales» en seis demarcaciones, en vez de tener que buscar un operador para cada ruta y de forma separada.

Planificación

El diseño de las rutas comenzó, en realidad, hace meses. Infraestruturas envió a cada municipio afectado por la reordenación una encuesta para conocer las necesidades reales de los vecinos. Sus opiniones eran necesarias para conseguir que por el rural de Galicia no circulen «autobuses sin viajeros», ni «viajeros sin autobús». Pero pesar de la insistencia de la Xunta, hubo alcaldes de algunas localidades que optaron por no contestar al formulario y no proporcionar la información demandada.

Además de los contratos zonales, la administración autonómica quiere aprender lecciones de la crisis y perfilar líneas de autobuses «eficientes». Sobre este punto en concreto, la Fegamp reclamó ayer «la importancia de prestar el servicio público de transporte público a todos los concellos, independientemente de que una zona sea rentable o no». Lo que intentará el Gobierno gallego es «aprovechar las sinergias» que generan otros medios, como los microbuses regulares, o las líneas de transporte escolar, en las que ha invertido cerca de 120 millones de euros en los últimos tiempos.