Juicio

Marina Castaño: «En mi ánimo no estuvo nunca malversar fondos»

La viuda del Nobel se sienta en el banquillo por pactar, presuntamente, el despido del gerente de la Fundación Cela

Marina Castaño, en el banquillo de los acusados MIGUEL MUÑIZ

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Entre numerosos «no lo recuerdo» y «no quiero faltar a la verdad», Marina Castaño se ha sentado en el banquillo de los acusados para responder por un presunto pacto en el despido del gerente de la Fundación Camilo José Cela. La viuda del Nobel contestó a las preguntas del fiscal y de su abogado -no así de la acusación popular- argumentando que no recordaba muchos de los datos o fechas consultados, entre ellos el nombre del contable que debió tramitar este despido según su testimonio. A lo largo de media hora, Castaño ha indicado que «nunca en mi ánimo estuvo malversar fondos» ante la acusación del Ministerio Público, que pide cuatro años de prisión para ella y los otros tres acusados por el supuesto fraude.

Según las acusaciones, la periodista participó de un plan para fingir el despido del director de la Fundación , Tomas Cavanna, cuando la intención de éste era abandonar voluntariamente el ente. De ahí, sostiene el fiscal, que pactasen una «generosa» indemnización de despido de 150.000 euros, cuando por ley le corresponderían 96.000.

Consultada sobre el estado de la Fundación Cela, Castaño ha renocido que con la llegada de la crisis en 2007, «empiezo a pensar en prescindir de Cavanna para dejar la Fundación en manos de la Xunta, que es la única salida que encontré a la situación en la que estaba». Con esta situación, la viuda de Cela se refiere al recorte de subvenciones que sufrió, por el que incluso «en alguna ocasión tuve que adelantar dinero para las nóminas». A propósito, la enjuicida mantiene que l a intención de su marido era que la Fundación no abandonase Galicia y que no se vendiese nada de su ingente patrimonio para mantenerla, que incluía 459 obras pictóricas y 54.000 volúmenes.

Tras elogiar la labor de Cavanna al frente del ente, Castaño ha insistido en que «no recuerdo haber hablado nunca de ningún tipo de cantidad» y que «todo lo consulté a los contables». «Me ajustaba a lo que ellos me decían» respondió la periodista sobre un correo electrónico en el que dice que el despido lo gestionará ella y que Cavanna se merece una «ilimitada generosidad».

En su turno de palabra, Tomás Cavanna ha insistido en que él nunca presentó su cese y en que sabía que iban a despedirlo cuando la Fundación pasase a manos públicas. Además, e interrogado sobre una carta de despido releída en sala por el fiscal y en la que indicaba las condiciones de éste y fijana la cantidad de 150.000 euros, el exgerente ha señalado que «era una plantilla» para que Covandonga Rodríguez supiese cómo se redacta una carta de despido.

Finalizados los dos primeros testimonios, los siguientes en declarar serán Dositeo Rodríguez y su hija, también encausados por el mismo delito. El juicio se prolongará durante toda la semana en la Audiencia Provincial de La Coruña con sede en Santiago. Cada uno de los acusados se enfrenta a cuatro años y medio de prisión.

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