Crisis del rupturismo

En Marea camufla su división ante el 28A con llamadas a la unidad

La dirección avanza primarias para elegir candidatos y los alcaldes piden «responsabilidad»

Villares junto al resto de miembros de la dirección rupturista EFE

Z. Rial

El adelanto de las elecciones generales amenaza con hacer saltar por los aires definitivamente la alianza entre los distintos socios de En Marea. Tras meses de desencuentros y descalificaciones cruzadas, el anuncio de Pedro Sánchez desató este viernes las llamadas a la «unidad» por parte de las distintas facciones de la confluencia, conscientes de que evidenciar su división mediante dos candidaturas separadas podría pasarles factura en las urnas. Sin embargo, detrás de esa apelación a dejar atrás los conflictos internos se atisba la nueva guerra que tensionará al rupturismo en las próximas semanas: la fórmula con la que concurrirán a los comicios del 28 de abril.

La dirección de En Marea, encabezada por Luís Villares, apuesta por repetir la fórmula de partido instrumental utilizada en las elecciones autonómicas y que obligaría a Podemos, Esquerda Unida o Anova a diluir sus siglas en las de la confluencia. De hecho, Villares avanzó que este sábado activarán el calendario de primarias para elegir a sus candidatos a las generales e invitó a los militantes de todas las formaciones que conforman En Marea a «participar activamente» en este proceso. El magistrado en excedencia explicó que las personas que presenten su candidatura deberán «aclarar sus principios políticos» en defensa de Galicia y someterse a la dirección política que él mismo en cabeza. De este modo, Villares pretende evitar conflictos como el desatado a raíz de que cuatro de los cinco diputados de En Marea en el Congreso votasen a favor de los presupuestos del Gobierno socialista, en contra del criterio expresado por la dirección rupturista.

Sin embargo, esta fórmula no satisface ni al sector conformado por Podemos, Anova y Esquerda Unida ni a los llamados alcaldes del cambio. En el caso de Podemos, Anova y Esquerda Unida, durante las últimas semanas se han mostrado partidarios de repetir el modelo de coalición utilizado hace cuatro años, que visibilizaría sus siglas y les permitiría mantener el control del voto de sus diputados. Los alcaldes de La Coruña y Santiago evitaron entrar en este debate y se limitaron a apelar a la «responsabilidad» de todos los actores implicados para conformar una candidatura «fuerte y unida». Con todo, fuentes consultadas por este diario apuntan que ambos regidores recelan del sistema de partido instrumental planteado por Villares por entender que le otorgaría un poder excesivo a la cúpula controlada por el magistrado en excedencia.

Acusaciones entre diputados

Lo cierto es que la votación de los Presupuestos Generales del Estado y el adelanto de las elecciones generales ha sacado a la luz las disputas que desde el inicio de la legislatura estatal han librado los diputados de En Marea en el Congreso. El parlamentario rupturista y a su vez miembro de Anova Miguel Anxo Fernán Vello arremetió este viernes contra su compañera de partido, la también diputada Alexandra Fernández, acusándola de actuar con «absoluta deslealtad», obedeciendo el mandato de la dirección de la confluencia y no el del Grupo Confederal de Unidos Podemos. Del mismo modo, Yolanda Díaz reveló que Fernández permanece alejada de la disciplina del grupo desde el pasado mes de septiembre. Ella en cambio, subrayó en una entrevista con la TVG que fueron el resto de formaciones las que incumplieron el documento que le otorgaba «autonomía» política a En Marea.

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