Juicio Diana Quer

El Chicle, sobre la asfixia a Diana: «Le di en la cara, pero ya vi que no se movía»

El autor confeso de la muerte de la joven de Pozuelo insiste en su estrategia y afirma que «mi intención no era matarla»

Diana Quer, juicio en directo

Abuín, durante la primera jornada de juicio EFE | Vídeo: AT

Patricia Abet

Ni un ápice se ha movido el Chicle de la estrategia marcada por su defensa para salir lo más airoso posible del juicio por la muerte de Diana Quer. Siguiendo el guión establecido, José Enrique Abuín ha explicado el suceso como un accidente que él no había previsto. «Mi intención no era matarla» ha mantenido ante el jurado popular encargado de dilucidar lo que ocurrió la noche del 22 de agosto de 2016 en A Pobra do Caramiñal. Tras un encadenado de negaciones («no la abordé, no la metí viva en el maletero, no la violé» ), el único acusado por el crimen ha mantenido que salió a robar gasoil de los camiones de los feriantes y que fue sorprendido por la joven en pleno robo. « Me encontré con la chica de frente y fui hacia ella para que no me delatara . Estábamos a unos 10 metros de distancia. No había mucha luz. Me dio miedo que me delatase porque pensé que sería alguien de los feriantes» introdujo el procesado, que en esta ocasión ha contestado a preguntas de todas las partes.

La siguiente secuencia, Abuín la recuerda como un acto «accidental». «Apenas había luz . Le eché una mano al cuello, se fue hacia atrás y no me di cuenta de la presión que estaba haciendo . Cuando me di cuenta ya estaba muerta. Le di en la cara y vi que no se movía. Cuando reaccioné y vi como estaba la tumbé en el asiento de atrás del coche. Nunca la maniaté», ha relatado ante el tribunal de los juzgados de Santiago. «¿Y pudo matarla con una mano?» insistió la fiscal, ante lo que el Chicle afirmó «puedo levantar mi peso con dos dedos de una mano» . Después, lo ya narrado durante la reconstrucción de los hechos. Ni una coma arriba, ni un punto de más. «Mi primera intención fue dejar el cuerpo en la ría, pero había gente, por eso no lo tiré allí». A unos 150 kilómetros por hora, Abuín llegó con la joven a la nave y, atendiendo a su versión, abrió el portalón de la vieja fábrica, metió el coche marcha atrás y bajó con el cuerpo de Diana en brazos hasta el sótano, solo iluminado por la luz del exterior. Allí se valió de un cable para levantar la tapa del pozo y comprobar que había agua. «Tuve suerte. Senté el cuerpo delante del agujero, le metí las piernas en el agujero y lo dejé ir . Se quedó flotando boca abajo», apuntó.

Después, el Chicle dice que se fue a dormir previo reproche de su mujer por la hora a la que había llegado. Era, según su relato, las 3.15 de la mañana, aunque a esa hora las acusaciones aún lo sitúan en la nave . «A la mañana siguiente me levanté a las 8 y me fui a tirar su ropa a un contenedor. No sé si ese día fuimos a la playa » ha rememorado. Sobre los 500 días que mediaron entre este momento y el hallazgo del cuerpo, Abuín ha indicado que se supo perseguido por los agentes y que por eso le pidió a su exmujer -no así a sus cuñados- que le diesen coartada. En su defensa, y en virtud de la estrategia definida, ha mantenido que declaró que había atropellado a la joven «por la presión de los agentes», que «fueron los que me lo ofrecieron porque me dijeron que no iba a ver más a mi hija».

La declaración del procesado, que ha aparecido con un aspecto más cuidado que el que presentaba en los meses pasados , se ha prolongado a lo largo de una hora. Mañana será el turno de su familia y su entorno, que deberán explicar cómo transcurrió el año y medio que pasaron con él desde la desaparición hasta su detención.

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