Reestructuración

Galicia pierde la mitad de las oficinas bancarias en los últimos 12 años

En 2008 cuando estalló la crisis del ladrillo la Comunidad tenía 5.539, en diciembre del año pasado eran 1.231

El proceso sigue abierto con los ERES de Santander, BBVA y Caixa Bank y Bankia y el goteo de otras entidades

El ERE del Banco Santander supondrá el cierre de 79 sucursales y el despido de 270 personas en Galicia JOSÉ RAMÓN LADRA

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La crisis financiera que arrancó en 2008 con la caída de Lehman Brothers supuso el inicio de un proceso de reestructuración bancaria que todavía no ha terminado. Ese mes de septiembre, cuando la entidad estadounidense se declaraba en quiebra, en Galicia había un total de 5.539 oficinas abiertas según los datos del Banco de España. Doce años después la cifra se ha reducido a más de la mitad. En diciembre de 2020 sólo sobreviven 1.231 sucursales y hasta 42 municipios gallegos no tienen servicio bancario. El cierre de oficinas y la consecuente pérdida de empleo no se ha detenido y continuará en los próximos meses. Según los cálculos de los sindicatos, los planes de la banca en la Comunidad pasan por clausurar al menos otras 139 sucursales.

Actualmente tres entidades están reduciendo su capacidad de atención física al cliente y despidiendo trabajadores. El Banco Santander ya está ejecutando su ERE en el que está previsto el cierre de 79 sucursales en Galicia. La medida supondrá además la desaparición de 270 empleos. El próximo viernes día 4 termina el plazo para alcanzar un acuerdo dentro del Expediente de Regulación de Empleo del BBVA , que pretende eliminar de su red en Galicia otras 26 oficinas. El banco anunció el despido en un primer momento de 111 trabajadores, pero ha rebajado la cifra a 101. La fusión de Caixa Bank con Bankia también podría suponer algún otro cierre, aunque como explica Rosa María Conde, responsable de Banca en la CIG, «el impacto puede ser menor », dado que no es una entidad con un gran asentamiento en el territorio gallego.

Al margen de los procesos de despidos colectivos, explica Beatriz Meilán de UGT , se está produciendo «un goteo constante» de cierre de sucursales. Abanca, la entidad con mayor cuota de mercado en Galicia, también está aminorando su red física. Según trasladó la entidad que preside el venezolano Juan Carlos Escotet al sindicato CIG, entre marzo y junio de este año está previsto que desaparezcan otras 34 oficinas. «Estamos reclamando al banco la relación de cierres para el resto del año, si es que hay más», explica Rosa María Conde. Pese a los cierres Abanca no está despidiendo a ningún trabajador, sino que los traslada a un «departamento de gestión remota» que atiende a los clientes vía telefónica, indica la responsable sindical de la CIG. «Es la tendencia en todo el sector», añade. Entre 2008 y 2019 el sector bancario gallego había perdido 4.513 trabajadores según un informe sobre el impacto en el empleo realizado por UGT. Beatriz Meilán explica que desde entonces no han actualizado el estudio, porque año a año se van sucediendo los EREs en las entidades financieras.

Las causas

La reestructuración y concentración del sector empezó tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y crediticia, pero no se ha detenido desde entonces. Los bajos tipos de interés que impone el Banco Central Europeo hacen que el negocio de los préstamos sea menos rentable y las entidades apuestan por las fusiones y la reducción de costes ajustando las plantillas. A todo ello, se suma el uso de la banca electrónica, que ha cobrado aún más protagonismo por causa de la pandemia del Covid. Pero los sindicatos advierten que esa digitalización «no es una realidad tan aplastante». Desde UGT, Beatriz Meilán explica que los empleados de banca sufren presiones para conseguir que los clientes de las oficinas se den de alta en el servicio online. En Galicia con buena parte de la población envejecida y con escasas competencias digitales la tarea no es sencilla. « Al final en muchos casos, los trabajadores de los bancos cogen directamente el móvil de la persona para que conste que ha accedido al servicio. Si no sufren penalizaciones en los objetivos », relata Meilán.

La ausencia de sucursales pasa factura al cliente, según denuncian los sindicatos. «En las relaciones online es más fácil que las empresas puedan acometer abusos, mucha gente mayor se queda desprotegida», indica la responsable de banca de la CIG, Rosa María Conde. La sindicalista alerta de que el cambio puede llevar además a la «exclusión financiera» tanto de la gente mayor como de la población con rentas más bajas. « Nosotros entendemos que es un error por parte del sector ir hacia este modelo , tiene que haber una convivencia del modelo presencial y del online y no se puede ir sólo hacia el digital de una forma abrupta y aprovechando la pandemia», subraya. Conde recuerda lo que pasó con las compañías telefónicas, que eliminaron prácticamente todas las oficinas comerciales y pasado un tiempo tuvieron que rectificar y reabrir los establecimientos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación