Sesión de control

Feijóo afea el «cinismo» de PSOE y BNG por culpar a la Xunta de los problemas industriales y económicos

El presidente, antes de encabezar la reunión del Consello, rebate los ataques de la oposición en una sesión de control que pivota sobre la responsabilidad de los males de la industria o el empleo

Feijóo, durante un pleno en O Horreo ABC
Pablo Pazos

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Alberto Núñez Feijóo abrió un miércoles intenso, víspera de festivo en Santiago de Compostela, sometiéndose a una sesión de control en el Parlamento como aperitivo a una reunión anticipada (por cuestiones de calendario) del Consello semanal. De la refriega con la oposición a los principales acuerdos del Gobierno gallego. Antes de encabezar el sanedrín con sus conselleiros, toma y daca con Gonzalo Caballero y Ana Pontón. El primero le echó en cara los resultados de la primera EPA del año para achacarle cualquier mal económico; la segunda le imputó la «sangría industrial». Feijóo les afeó a ambos su «cinismo» , replicando que las dificultades que atraviesa Galicia son, en gran medida, fruto de las decisiones del Gobierno central.

Abrió fuego Caballero retratando a Feijóo «fuera de juego» y «'out' en la política económica» , entre risas de la bancada popular. Le urgió a adoptar medidas como un plan de reapertura de los negocios que cerraron por causa de la pandemia de Covid; a grandes rasgos, demandó medidas que impidan una «caída más profunda» y una «reactivación insuficiente».

Feijóo solventó el primer envite recordando que «de momento es usted el máximo responsable del PSOE en Galicia ». A partir de ahí, insistió, como en tantos Plenos en O Hórreo, en señalar al Gobierno por los cierres de As Pontes, Meirama o Gamesa; la falta de trabajo en Navantia o los 5.000 empleos en la picota en la indsutria electrointensiva, sin olvidar Ence. Al secretario general del PSdeG le acusó de ser «un político de una generación que aún no se concoe, una generación de la ciencia ficción», de «buscar problemas» sin solucionar ninguno, como su partido, mientras culpa «a los demás». «Sea un poco prudente, un poco consecuente y, sobre todo, un poco realista. No venga a hacer política ficción. Un miembro del PSOE no puede dar ninguna dar ninguna clase en el Parlamento de Galicia», le espetó el presidente.

Caballero esgrimió la EPA y Feijóo rebatió con el dato de empleo del último año, Galicia a la cabeza de toda España. Al portavoz socialista le escoció lo de ser el «máximo responsable» en la Comunidad de las dificultades que fue enumerando el mandatario económico, apuntadas en el debe del Gobierno, y se revolvió: « Me gustaría ser el máximo responsable de lo que está ocurriendo en la economía gallega, pero el máximo responsable es usted . No haga un juego de invertir los papeles». «Comprendo que le gustaría ser el máximo responsable de la política de Galicia, pero de momento es usted la fuerza minoritaria», devolvió la pelota Feijóo unos minutos después, en su cierre.

Antes, Caballero decidió subir la temperatura del careo y asegurar de su contrincanten que «en materia de política económica no tiene ninguna credibilidad», la «misma», dijo, que cuando habla del estado de alarma, para, de paso, echarle en cara que ya aventure que se podrá dejar a un lado la mascarilla en verano. Pero aún se reservaba una última vuelta de tuerca, cuando redujo los proyectos de la Xunta para los fondos Next Generation a la consideración de que tienen « la misma fuerza que si los aprueba una comunidad de vecinos ».

«¿Está hablando en serio?», contraatacó Feijóo, quien preguntó a Caballero si para él entran en esa consideración, la de comunidad vecinal, el comité económico del Gobierno gallego, compuesto por expertos, las principales empresas de la Comunidad y la sociedad civil. «Un poco de respeto (...) y un poco de humildad», le reconvino. Con el debate ya caldeado, le preguntó por su «propuesta», y enlazó con los planes del Gobierno en materia de impuestos. « ¿Se puede hacer más cinismo que el que usted viene a plantear aquí? », lanzó a la Cámara.

«Defienda a Galicia», instó a Caballero, a quien advirtió de que « nunca va a conseguir representar mayoritariamente a los gallegos » contradiciéndose, como al pedir apoyo para las rentas medias y bajas y no censurar las subidas de impuestos de Moncloa. Y para el remate, tras recriminarle que ofrezca mano tendida sin contenido, una advertencia: la comisión de reactivación echará el cierre con un acuerdo «con ustedes o sin ustedes».

Más de lo mismo

El turno de Ana Pontón sirvió de prolongación al primer careo, con la portavoz nacionalista echando en cara a Feijóo un « legado industrial dramático » que tiene al sector en la UCI mientras el presidente de la Xunta, acusó, se dedica a «echar balones fuera» y mantener un discurso «propagandista».

El aludido volvió a criticar el «cinismo» de su oponente, en este caso el de la portavoz del Bloque, por arrojar la «responsabilidad» a la Xunta de los problemas ya enumerados, este miércoles y en los últimos meses (As Pontes, Meirama, Navantia, Alcoa). Un «acto de cinismo», incidió, que «cada 15 días se incrementa con mayor facilidad». “Claro que estoy preocupado por la situación económica de mi país», añadió el mandatario, quien no eludió su responsabilidad pero puntualizó que «no voy a asumir» la que corresponde a «decisiones que no son nuestras». Porque, apostilló, « los responsables de la situación industrial de Galicia, que afecta a 16.000 empleos, son el PSOE y el BNG, por este orden ». «Defienda de una vez a su país y deje de engañar a los gallegos, que sabemos leer, escribir, multiplicar y dividir», increpó a Pontón. Antes de concluir turno, achacó a los nacionalistas que no hayan dicho nada a la propuesta de pacto de Estado por Ferrol.

La líder nacionalista, tras afirmar que se queda «pasmada» al ver que Feijóo «descubra ahora, en 2021, que Ferrol tiene una crisis industrial como la copa de un pino», replicó con un «muy bien, adelante», a la oferta de pacto que la semana pasada se concretó en el Consello, con casi una decena de grandes ejes de actuación, pero acto seguido rebajo la aparente voluntad de acuerdo con un «por qué no» para inquirir por posibles pactos en A Mariña, Vigo o La Coruña; « ya puestos , lo ideal sería un pacto de Estado por Galicia ».

A la acusación de «cinismo», Pontón quiso imprimirle un efecto búmeran y devolvérsela a Feijóo: «Acto de cinismo es venir a decir, el máximo responsable de la Xunta, que no tiene nada que ver con la mayor crisis industrial (…). Lo más útil que puede hacer es cerrar su despacho y marchar para su casa ». Insistió con los «balones fuera». Las palabras del presidente, dijo, son «una enmienda a la totalidad a la labor de su Gobierno», el mismo que aguardaba a que concluyera el pim pam pum para reunirse; «y un reconocimiento de su incapacidad política para salvar a la industria».

«Quizás, en vez de titulares de prensa y propaganda y más anuncios, lo que necesitamos es que usted ejerza sus competencias y, para variar, pruebe a ser presidente de Galicia», cargó la portavoz del BNG, que se reservaba la traca final de tachar de «vergüenza» el papel de Abanca, Naturgy y Reganosa en los fondos Next Generation, que considera que quedan en sus «manos». « No sé en qué momento los directivos de estas empresas se presentaron a las elecciones », clamó, no sin dejar de criticar (como había hecho de pasada Caballero) que en el consejo de administración de la sociedad de impulso a los fondos haya, de momento, solo hombres.

Feijóo contraatacó de inmediato: «La mejor parte de su intervención, la más clarificadora, ha saido la última». Automóviles, planta de hidrógeno… « ¿Cree que la industria se crea y se gestiona y tutela desde el sector público? (…) ¿Piensa que el problema de Galicia es que existen empresas y a la vez que hay empresas que van mal?», lanzó. De forma reiterada, preguntó a Pontón por su «política industrial» y si consiste en que desde el Gobierno gallego se manufecturen ropa o coches. O que Navantia no construya buques militares. A modo de guinda, los tres párrafos, afeó, en los que el Bloque condensó sus iniciativas industriales en el documento de 28 páginas que remitió a San Caetano.

Feijóo admitió que hay posibilidad de que coincida con su partido en el «diagnóstico»: que hay 16.000 empleos en la cuerda floja. Pero nunca más allá. A pesar de que «sabe igual que yo que las decisiones que ponen en riesgo» esos empleos «son decisiones del Gobierno central»: «Lo sabe perfectamente. Solo hay un problema: que gobiernan con el el partido en el Gobierno central. Lo que no se puede hacer es sorber y soplar al mismo tiempo. O defiende la industria o gobierna con el PSOE . Decida», retó.

Por su parte, reivindicó que seguirá defendiendo a los trabajadores, por más que Pontón le acusara de huir de A Mariña. Defender Galicia, «no venir aquí con propuestas industriales que no existen y a decir que los problemas de la industria y las empresas» quien los crea «es la Xunta». «Decídase de una vez, o soplar o sorber. O a favor de los trabajadores o seguir gobernando con el PSOE », cerró antes de encabezar la reunión del Consello.

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