La extraña desaparición del camionero de Baio al que todos buscan

Manuel Rodríguez , conocido por todos como Manolo do Piñeiro, falta de su casa desde la madrugada del pasado jueves. Nadie acierta a explicar por qué, pero ese día este camionero de Baio se levantó y escribió, supuestamente, una nota a sus hijos diciéndoles que se iba. Metió algo de ropa en una mochila, un cargador de móvil y salió de su casa en su Daewoo Nubira de color azul con matrícula 4536-CPS . Se sabe que el hombre hizo una parada en un cajero, donde retiró 40 euros e ingresó 700 en la cuenta de un hijo. La suya quedó a cero. Y desde entonces, ni rastro de él. Su familia —Manolo tiene dos hijos— no tardó en denunciar la desaparición ante la Guardia Civil, advirtiendo que había una carta de despedida y que el transportista no se había llevado la medicación que toma para controlar el problema cardíaco que padece.

El aviso de los familiares, después de comprobar que Manolo no había llegado a la nave donde guardaba su camión, movilizó a toda la comarca , volcada desde entonces en aclarar el suceso. Con el teléfono desconectado desde la madrugada de su enigmática marcha, los esfuerzos del Instituto Armado y de Protección Civil se centran en localizar el vehículo en el que Manuel se fue, pero por el momento todos los intentos han sido en vano. Tampoco hay pistas sobre hacia dónde pudo dirigir sus pasos. Una incertidumbre que sus hijos califican como «una pesadilla» de la que todos están haciendo esfuerzos por despertar . Y en este esfuerzo conjunto los vecinos de Zas se volcaron para realizar batidas durante todo el fin de semana en las que llegaron a participar centenares de vehículos, incluidos más de cincuenta quads, y decenas de personas a pie. La Guardia Civil, por su parte, movilizó cuatro patrullas y un helicóptero que peinaron toda la Costa da Morte y los municipios colindantes, pero ninguna de las búsquedas tuvo éxito.

Fuentes próximas al caso confirmaron a ABC que la investigación para esclarecer el paradero de Manuel Rodríguez proseguirá, pese a la nota de despedida que dejó. Atendiendo a los protocolos policiales, « este tipo de cartas no prueban nada porque pudo escribirla bajo amenaza , por ejemplo, por lo que nuestro deber es localizarlo y no dar nada por hecho», aseguran ante las dimensiones que está cobrando el caso y el número de personas implicadas en ayudar a la familia.

Sin hilo alguno del que tirar, el siguiente paso podría ser comprobar las últimas ubicaciones que marcó el móvil del desaparecido antes de que el dispositivo se apagase, lo que al menos señalaría la ruta que pudo seguir. Por el momento, las batidas han peinado —mapa en mano y de forma exhaustiva— varios concellos de la comarca partiendo de Arteixo y llegando a Fisterra y Muros, y de Muxía a Mazaricos o Val do Dubra. Además, la Benemérita puso especial atención en la costa, pero el mar tampoco dio respuesta.