«OPERACIÓN ANTITOX»

Dieciséis detenidos por el Seprona en 2017 por el uso de venenos y trampas ilegales para cazar

Los agentes llevan halladas cerca de ochenta ejemplares envenenados, algunos de ellos especies en peligro de extinción

Dos agentes del Seprona, durante una operación de vigilancia VALERIO MERINO

ABC.es/EP

Cerco a las prácticas cinegéticas prohibidas. En lo que va de año 2017, la «operación Antitox» desarrollada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que persigue el uso ilegal de venenos y otros medios no selectivos de caza -como cepos, jaulas trampa, redes o lazos- ha llevado a cabo 269 actuaciones en diferentes espacios naturales, terrenos cinegéticos, explotaciones ganadero-agrícolas y establecimientos de venta de fitosanitarios de 24 provincias, entre ellas la de Orense.

En esta operación, el Instituto Armado ha procedido a la detención e investigación de 16 personas en todo el territorio nacional, la incautación de 214 métodos prohibidos de caza y el decomiso de numerosos productos tóxicos, como aldicarb, carbofurano y estricnina .

También han hallado 79 animales envenenados, entre ellos especies «especialmente protegidas como el águila imperial, el buitre negro o el milano real» , concreta la Guardia Civil, y la interposición de 34 denuncias en materia de sanidad vegetal, por infracciones a la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad y legislación cinegética.

Según han concretado fuentes de la investigación, en Galicia se llevaron a cabo 18 inspecciones en la provincia de Orense, que supusieron siete infracciones administrativas por irregularidades en la comercialización de productos fitosanitarios. Además, han confirmado que en la Comunidad gallega no se localizaron animales muertos en este operativo.

La Benemérita recuerda que en el mes de mayo agentes del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres detuvieron a tres personas como responsables de la muerte por envenenamiento de un ejemplar adulto y dos crías de águila imperial cuyo coste de reposición o valor económico fue cuantificado por la administración en 195.000 euros, cuantía que ha sido exigida al autor de los hechos en concepto de responsabilidad civil.

Especies al borde de la extinción

La Guardia Civil recuerda que en España «ha sido una práctica habitual la utilización de venenos para el control de predadores como el lobo, el oso o las aves rapaces, acusados de causar efectos negativos en el sector cinegético o en explotaciones agrarias o ganaderas». «Como consecuencia de esta práctica, muchas de nuestras especies más emblemáticas fueron llevadas hasta el borde de su extinción», advierte.

En la actualidad, subraya el Instituto Armado, «el uso del veneno está prohibido y, además, se encuentra tipificado como delito en el Código Penal con penas de hasta dos años de prisión».

No obstante, esta práctica ilegal «aún se produce con demasiada frecuencia» , añaden las mismas fuentes, que manifiestan que «algunas estimaciones hablan de 185.000 animales muertos por veneno entre 1992 y 2013». «Y, hoy en día, aún constituye una de las principales amenazas para la supervivencia de especies como el águila imperial, el buitre negro o el milano real», destacan.

A partir de 2004 iniciativas como la Estrategia Nacional de Lucha Contra el Veneno del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y los diferentes planes autonómicos «han conseguido mejorar la eficacia en la lucha contra el uso ilegal de venenos», concluye la Benemérita.

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