Fallece la mujer que conquistó el Polo para abanderar la lucha contra el cáncer

P. Abet

22/03/2019
Actualizado a las 14:05h.

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«Siempre he sido muy optimista y he intentado buscar lo positivo de todo lo que me pasa y sin duda el ir al Polo Norte y tener ahora el pelo rizado son dos premios que me ha dado el haber pasado por un cáncer». Con este mensaje cargado de energía se presentaba Micaela, una madre de 39 años que conquistó el Polo durante su lucha contra un tumor de mama en el marco del Reto Pelayo 2017. Esta iniciativa da la oportunidad a mujeres que han pasado por este proceso de embarcarse en viajes completamente extremos. Una fórmula de demostrar hasta dónde pueden llegar, que en el caso de Micaela reveló su valentía para pelear hasta en el escenario más ingrato del planeta . La capacidad de superación de Micaela saltó a los medios de la mano de otras cuatro compañeras (Encarna, Lorena, Ana Belén y Esther) que la siguieron en la aventura. Hace unos días, un mensaje en las redes sociales anunciaba que su lucha había finalizado .

«El primer día de la primavera se ha llevado de la mano a Mica. Todos la conocéis como expedicionaria del #retopelayovida Polar 2017 pero Micaela era amiga, esposa, hija y madre de Tiago . Nació en Monforte de Lemos hace 41 años. Vital, positiva, amante de los viajes, deportista y siempre dispuesta a vivir nuevas experiencias. Jugaba al baloncesto, esquiaba, navegaba y nadaba» la recuerdan sus amigos. La aventura que Micaela protagonizó junto a otras cuatro mujeres más quedó grabada en un documental que muestra la dureza de un viaje de estas características, sobre todo teniendo en cuenta la falta de preparación de quienes los emprendieron. Temperaturas gélidas, paisajes sin vida, grietas en el hielo y una persistente lluvia acompañaron a Micaela en su camino hasta el glaciar Sermilik , meta de esta aventura, en septiembre de 2017.

Después llegaría otro combate, de nuevo contra el cáncer, en el que el enemigo acabó venciendo. Afincada en Vigo, Micaela quiso enviar con su hazaña un mensaje de superación a todas las personas que enfrentaban la misma lucha que ella. Y para ello no dudó en narrar su experiencia en diversas ocasiones. Con un pequeño de solo 2 años, después del diagnóstico esta gallega se dedicó a organizar su boda y encarar 12 sesiones de quimioterapia, una intervención quirúrgica y más de 30 sesiones de radioterapia. Cuando se refería a la enfermedad, Micaela explicaba que implicaba un tratamiento largo y especial, pero no el fin. Tal y como indican desde Pelayo, de esta luchadora queda la estela de sus ganas de vivir y a Tiago, su pequeño, le deja «una estrella que brilla sobre el Ártico».

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