Día de los Trabajadores

La crisis de Alcoa marca un 1 de mayo en el que los sindicatos urgen un giro social

«El nuevo Gobierno no tendrá días de cortesía: estos empleos tienen fecha de caducidad a 1 de julio», avisa CIG. CCOO y UGT lanzan un mensaje: «Los ciudadanos hablaron en las urnas votando a la izquierda y no se les puede fallar»

Manifestación central de CCOO y UGT en La Coruña CABALAR/EFE

R. Lizcano

Con una fecha límite y una cuenta atrás activada — el 30 de junio se agota el plazo para encontrar un comprador que garantice la continuidad a las plantas de Alcoa en La Coruña y Avilés —, este Primero de Mayo estuvo marcado de forma singular en Galicia por el conflicto de la multinacional del aluminio y el fallido estatuto de consumidores electrointensivos que debiera definir las condiciones de acceso a la energía de este tipo de instalaciones para garantizar su competitividad y facilitar el interés de los inversores . CCOO y UGT, que celebraron su manifestación central en La Coruña, insistieron en la importancia de «una salida justa a las tarifas eléctricas que permita a las industrias electrointensivas competir en su entorno» , mientras que CIG, que organizó su movilización principal del Día de los Trabajadores en Vigo, lamentó la «inutilidad» de las medidas aplicadas hasta la fecha para frenar el desmantelamiento del tejido productivo, con especial mención a Alcoa y Ferroatlántica. « Para el nuevo Gobierno no puede haber días de cortesía, como tampoco los hay para los trabajadores de Alcoa , cuyos empleos tienen fecha de caducidad a 1 de julio», advirtió a su vez el secretario comarcal del sindicato en La Coruña, Xabier Filgueira, en referencia a la diligencia requerida al Gobierno que se conforme tras las votaciones del 28-A.

Tras una pancarta de «Enerxía solución», los propios trabajadores recordaban en la marcha de La Coruña que el tiempo se agota. «No confiamos en ningún político, nos han engañado bastantes veces» , advirtió el presidente del comité de empresa de la planta coruñesa, Juan Carlos López Corbacho, según recogió Ep. Los trabajadores, dijo, están cansados de incumplimientos y dilaciones, pero determinados a mantener la presión a través de la movilización y exigiendo al PSOE, ganador de las elecciones del domingo, el «cumplimiento» de los compromisos adquiridos con las plantillas de La Coruña y Avilés. «El baúl de las promesas está lleno» , advirtió López Corbacho, esperando que el refuerzo del Gobierno socialista en las urnas se traduzca en una mayor contundencia en sus acciones. El plan del Ejecutivo de Pedro Sánchez para el sector, vehiculizado a través del Estatuto de Consumidores Electrointensivos que el Gobierno había previsto aprobar en el último Consejo de Ministros, saltó por los aires a sólo dos días de las elecciones : las dudas expresadas por Competencia sobre el encaje en el reglamento comunitario de las medidas propuestas en el documento obligaron a pisar el freno, frustrando las expectativas de solución y decepcionando a unas plantillas para las que el tiempo ya corre en contra.

Las personas primero

La manifestación central de CCOO y UGT en La Coruña estuvo encabezada por el lema «Primeiro as persoas», en línea con un mensaje coincidente, repetido también en la marcha de CIG en Vigo: la petición urgente de un «giro social» que devuelva los derechos perdidos durante los años de crisis, y la reclamación concreta de que el nuevo Gobierno entierre sin dilación las reformas laborales acometidas en 2010 y 2012 . «Hay que recuperar derechos, más igualdad y más cohesión social (...). Los ciudadanos hablaron en las urnas votando a la izquierda, y no les puede fallar», sostuvo en declaraciones a los medios el secretario xeral de UGT-Galicia, José Antonio Gómez. «Hay que garantizar políticas que pongan el derecho al trabajo en el centro de la estructura de la sociedad», manifestó su homólogo en CCOO, Ramón Sarmiento, reclamando ese cambio de rumbo que ponga fin «a las políticas de devaluación de derechos» y consolide «desde el minuto uno» los derechos sociales. «Ya es hora de recuperar los derechos perdidos», sostuvo también CIG desde su acto en La Coruña, reclamando un «cambio real» en las políticas y la derogación de las dos reformas señaladas, «que supusieron un auténtico golpe de estado a los derechos laborales, sociales y de negociación colectiva», en palabras del responsable comarcal Xabier Filgueira.

Reforma fiscal

Sin perder de vista una tasa de temporalidad del 25,8% (del 27,3% entre las mujeres), ni los 55.000 hogares gallegos con todos sus miembros en paro, el 55,8% de trabajadores a tiempo parcial por imposibilidad de acceder a un empleo completo o la pérdida de coberturas de desempleo —que ya no ampara ni al 60% de los trabajadores en paro—, CCOO y UGT reclamaron al nuevo Gobierno «medidas urgentes» para «reforzar el estado de bienestar», para lo que, exponen, «hay que recaudar más y de forma más justa» . Ambas organizaciones sindicales trabajarán para «situar en la agenda del nuevo Gobierno una reforma fiscal integral», que reduzca en la legislatura a la mitad el diferencial de presión fiscal que aleja a España de la media UE y eleve la tributación del capital, de las grandes empresas y los salarios elevados.

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