La Coruña

«La ciudad está hecha un asco, pero los grafitis contra la Marea salen en un día»

Vecinos de la urbe acusan al Gobierno local de realizar un «borrado selectivo» de pintadas críticas con su gestión

Un colectivo ciudadano se organiza para limpiar por su cuenta mientras en María Pita hablan de un «problema crónico»

Pintada crítica con la Marea Atlántica en el centro de La Coruña MIGUEL MUÑIZ

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«Nunca hubo tantas pintadas en La Coruña. Llevo aquí desde el año 79 y la ciudad está hecha un asco. Eso sí, las que son contra la Marea Atlántica salen al día siguiente». De este modo resume el dueño de un restaurante situado en las inmediaciones de la plaza de María Pita el enfado de muchos vecinos, hosteleros y comerciantes de la ciudad ante la proliferación de grafitis en las paredes de la urbe coruñesa. El sentir mayoritario es que se trata de un problema que ha ido en aumento durante los últimos años. Sin embargo, para muchos la gota que ha colmado el vaso es el «borrado selectivo» que, denuncian, está llevando a cabo el Concello con aquellas pintadas críticas con su gestión. «En este muro apareció una que ponía ‘Marea=PP’ y a los dos días limpiaron todo», explica este mismo hostelero, señalando una pared próxima a su negocio. En cambio —compara— cuando la fachada de su restaurante apareció pintarrajeada con la firma de varios grafiteros, la limpieza tuvo que correr de su bolsillo.

«A mí me pintaron la fachada hace tiempo, pero ya no lo borro porque tenemos que repintar nosotros, entonces a lo mejor la volvemos a pintar y al día siguiente nos la vuelven a manchar. He llamado varias veces al 010 (teléfono de información ciudadana) pero nos explican que si no son paredes de edificios públicos cada uno se tiene que hacer cargo de lo suyo, ya ves qué risa» , relata con resignación la dueña de una joyería situada en las inmediaciones de la Ciudad Vieja, una de las zonas más afectadas por las pintadas.

Vecinos, comerciantes y hosteleros coinciden en advertir un repunte de este tipo de actos tras el polémico desalojo del grupo de okupas situado en la antigua Comandancia de Obras herculina . Tras aquel episodio, además de los habituales grafitis, comenzaron a proliferar por las paredes de la ciudad mensajes críticos con la Marea Atlántica y, en concreto, contra algunos de los concejales vinculados a la decisión de expulsar al colectivo A Insumisa de aquellas instalaciones. La indignación de los vecinos aumentó tras comprobar que, mientras unas pintadas permanecían en los muros de viviendas y negocios, las críticas contra el equipo de Gobierno desaparecían en cuestión de horas. «Eso está clarísimo. Esas al día siguiente están borradas», refrenda la propietaria de un céntrico kiosko totalmente cubierto por los grafitis.

Plataforma ciudadana

A raíz de esta situación, un grupo de vecinos ha decidido impulsar la creación de la plataforma «Non máis pintadas», un colectivo ciudadano que tiene como principal objetivo clamar contra la doble vara de medir del Concello y, al mismo tiempo, reclamar la puesta en marcha de acciones de concienciación sobre la importancia de respetar el espacio público. Entre sus primeras iniciativas ha estado la de intentar tapar, brocha en mano, algunos de los grafitis que afectan a la Ciudad Vieja, una de las zonas más transitadas por los turistas y a la vez más castigada por los actos vandálicos. Los promotores de la iniciativa relatan cómo, desde que la prensa se ha empezado a hacer eco de la existencia de este colectivo, han recibido cada vez más adhesiones por parte de vecinos de distintas zonas de la ciudad.

«El detonante es el borrado de pinturas de manera selectiva. Nuestro objetivo es sensibilizar a los políticos, porque increíblemente no se han ocupado de este tema. Intentamos que lo tengan en cuenta y buscar soluciones entre todos, porque el objetivo es lograr que las pintadas tengan un impacto residual», aclara en conversación con este diario uno de los miembros de «Non máis pintadas». Esta semana está previsto que el colectivo se reúna para analizar nuevas acciones que sirvan para visibilizar su problemática. Su objetivo último, concretan, es alcanzar un número de adhesiones que les permita organizarse por barrios y c oordinarse a través de las asociaciones de vecinos para llevar a cabo nuevas acciones de prevención y concienciación.

Versión del Concello

Desde el Concello, en cambio, niegan la existencia de un «borrado selectivo de pintadas». Insisten en que únicamente pueden actuar sobre muros de titularidad municipal, sobre los que retiran «de manera continuada» pintadas «de toda índole». «Con un recorrido por la ciudad se puede evidenciar que no se actúa contra críticas con el partido que sustenta al Gobierno local» , relatan fuentes del consistorio tras ser cuestionadas por este diario. El Ejecutivo municipal asegura que la proliferación de pintadas es «una situación crónica» que se ha manifestado durante muchos años en la urbe herculina y defienden que están intentando «articular mecanismos» que les permitan actuar en este tipo de situaciones. Una de ellas, avanzan, es introducir en los nuevos pliegos del servicio de limpieza un «refuerzo» en esta materia.

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