Abanca constata un «crecimiento robusto» de la economía gallega

Los principales indicadores macroeconómicos avalan las tesis que apuntan a que las previsiones más optimistas sobre la economía gallega, con crecimientos del PIB tres décimas por encima de las estimaciones de la Xunta que lo sitúan en el 2,5%, podrían confirmarse al cierre de 2016. Así lo recoge el informe anual que publica Afundación correspondiente a 2015 y que con esta última edición cumple 30 años en plena vigencia, «una obra que resume la evolución de la sociedad y la economía gallegas de las últimas décadas», tal y como acentuó durante la presentación Pedro Otero, director gerente del brazo social de Abanca.

Analizadas las distintas variables, el estudio coordinado por el catedrático de la USC Alberto Meixide, constata un incremento de la actividad en casi todas las ramas productivas, sugiriendo que la recuperación industrial está siendo el motor del crecimiento en Galicia.

Y mientras el sector servicios presenta resultados muy dispares, siendo el comercio, el transporte y la hostelería el segmento más dinámico, la construcción arroja también datos positivos por encima de la media. Esto sin olvidar la contribución del sector turístico con cifras récord.

En este contexto de mayor dinamismo económico con un mejor comportamiento de la demanda interna, pese a que la confianza empresarial no acaba de consolidarse se ve una clara recuperación del mercado laboral en la Comunidad. Meixide recomendó no perder de vista la posible influencia negativa de factores exógenos tanto a nivel nacional como internacional. Entre los riesgos que ponen en peligro la tendencia alcista de la economía gallega, citó la resolución de la situación política y el cumplimiento del déficit o las consecuencias del Brexit. De modo que, según indicó, «el resultado a final de año dependerá en gran medida de cómo se resuelvan las incertidumbres que condicionarán la evolución de la economía gallega en la segunda mitad».

Preguntado al respecto de la previsión del Plan Estratégico de la Xunta, que cifra la tasa de paro en un porcentaje inferior al 10 por ciento en 2020, reconoció que «pese a ser factible, es difícil establecer previsiones en este horizonte temporal», para hacer hincapié en que la preocupante tendencia demográfica puede tener «efectos aparentemente positivos en este indicador». Es más, el estudio recoge en referencia a 2015 que, por primera vez desde el comienzo de la crisis, Galicia consigue cerrar un año con crecimiento neto de empleo: 19.200 ocupados más.

El mejor dato de las exportaciones

Respecto a la situación económica del pasado año con su mejor comportamiento desde 2007 —un 2,1 por ciento de incremento, según datos del IGE—, objeto de análisis del informe, Abanca constata un «crecimiento robusto» que, de mantenerse la tendencia, se extendería a 2016. Todos los componentes de la demanda arrojaron cifras positivas al cierre del ejercicio pasado como consecuencia de la mejora del mercado de trabajo, de la financiación crediticia y de las expectativas de los consumidores. En este sentido, Pedro Veiga, director general adjunto de Planificación Estratégica y PMO y coordinador del Centro de Investigaciones de Ieside de Abanca, recordó que la entidad financia uno de cada tres euros en Galicia y un 40% de las hipotecas.

Por el lado de la oferta, todas las ramas de actividad tuvieron una evolución positiva durante 2015, destacando la del sector industrial, que contrarrestó un peor resultado del sector energético. Los avances de la construcción se mantuvieron por debajo de la media aunque animados por la obra pública; y el número de viajeros alojados en Galicia anotó un nuevo máximo. Asimismo, el comportamiento de las exportaciones, con un crecimiento del 5,7% el pasado año, arrojó el mejor dato de la serie histórica.

Por último, en el capítulo en el que se analizan las cuentas públicas se reseña especialmente el cumplimiento del déficit, con un 0,67% del PIB, por debajo del objetivo.

Informe Ardán

La presentación del informe de Afundación en Santiago coincidió con la del Ardán 2016, publicado por el Consorcio de la Zona Franca de Vigo. En sus conclusiones, este último estudio hace hincapié en la salida de Galicia de la recesión, aunque con un menor dinamismo que el conjunto de la economía española. Sus autores pusieron de relieve que la región volvió a niveles precrisis de PIB, pero con 120.000 personas ocupadas menos. Todo ello en un decenio en el que las rentas no salariales se mantuvieron casi inalteradas, mientras que las salariales experimentaron un descenso pronunciado. Apuntan a la desigualdad en el reparto de renta y del empleo de calidad como una de las «debilidades» de la economía gallega.