Vicente Vera - CAMBRIDGE CIRCUS

Las chocolatinas de Billy Wilder

«Dos premios Nobel intentan despojarnos de los miedos ante la necesidad de pagar mejores salarios y que los efectos de la robotización y la automatización en el mercado de trabajo supondrán un proceso lento de adaptación»

El cineasta Billy Wilider ROSE PROUSER

Abordo estas reflexiones después de haber superado las asfixiantes y tórridas temperaturas que hemos estado padeciendo durante este mes de junio. Si bien es cierto la lectura de un magnífico libro sobre las primeras experiencias periodísticas del genial Billy Wilder , “Reportajes desde el Berlín de Weimar y la Viena de entreguerras”. Conocíamos que Wilder ha sido y es un icono de la cinematografía universal además de un excelente redactor de guiones; pero ya en aquel periodo de entreguerras, tan complejo y temible por lo que vendría poco después, colaboraba en diversos medios de comunicación publicando excelentes artículos.

Conforme a este prolegómeno introductorio, me encuentro con un ilustrativo trabajo titulado “ Pequeñas lecciones de economía “, publicado en el Berliner Borsen Courier el 21 de agosto de 1927, donde ya demostraba su inteligencia y cabeza bien amueblada.

Claramente sorprende ver que uno de tus mitos del cine de Hollywood de repente escriba sobre ciencia económica, y muy acertado desde luego. Resumiré alguno de sus recuerdos de la infancia como el aquí descrito acerca de un regalo de una máquina expendedora infantil de chocolatinas. A partir de este artefacto va desarrollando una brillante exposición sobre los vendedores y compradores de chocolatinas, es decir sobre la oferta y demanda. Y continúa explicando que “era una pequeña lección sobre el funcionamiento de la cadena de suministros”. Hace todo un discurso acerca de las existencias de producto, stocks, beneficios económicos, etc, todo un prodigio de cálculo económico. Actuaba realmente como un puro emprendedor, poseyendo habilidades de negociación y un agudo sentido comercial, y todo con una maquina de chocolatinas. Sorprendente

El cineasta Billy Wilider ROSE PROUSER

Esta dulce y simpática historia que nos cuenta Wilder me hace pensar un poco más en la problemática actual que sufre la economía española debido a la inflación rampante y los aumentos de precios y costes de bienes y servicios además de los gravísimos cuellos de botella que se están produciendo en las últimos meses, agravado todo por la invasión rusa de Ucrania . Recordemos la compleja realidad que vive el comercio internacional de materias primas y bienes de consumo sobre todo por vía marítima con China y los retrasos en el suministro hacia Occidente causando un bloqueo descomunal en la entrega de los mismos. El lúcido Wilder nos brinda una lección de humildad y concluye que “como hombre de negocios, necesito ser precavido”.

Nos contaba hace muy poco el autor Juan José Millas que la camisa de fuerza de la ortodoxia económica dominante no afecta solo a España, sino también al resto de la Europa comunitaria. Termino con una breve referencia a dicha ortodoxia, nos han visitado hace unos días dos eminentes premios Nobel de Economía: Paul Krugman y Christopher Pissarides . Ambos han expresado sus reflexiones sobre la economía española en cuanto a los salarios y el desempleo intentando despojarnos de los miedos ante la necesidad de pagar mejores salarios y que los efectos de la robotización y la automatización en el mercado de trabajo supondrán un proceso lento de adaptación en los diferentes sectores de nuestra economía productiva.

Billy Wilder (1906 – 2002) hizo una última reflexión para todos aquellos que le admiraban y que ha quedado escrita para siempre en su lapida, y dice así: Soy un escritor, pero nadie es perfecto.

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