Vicente Ordaz - Señal de radio
Me alegro por Sagunto
«Ojalá la coherencia se imponga por encima del sectarismo político»
En mitad de tanta catástrofe ya tocaba una buena noticia. Este miércoles Volkswagen anunciaba que ha elegido Sagunto para instalar su codiciada fábrica de baterías . Sin duda punto para el presidente Ximo Puig después de pilotar unas negociaciones que colocan a la Comunidad Valenciana como referente logístico e industrial, pero sobre todo, por creer. A partir de aquí toca analizar las derivadas de esta situación.
Llamativo es ver como socios de gobierno de Puig, para los que la empresa privada y toda iniciativa que no sea pública es el demonio y los empresarios unos malvados, se abrazaban públicamente y se colocaban la medalla tras el anuncio de la marca alemana.
Al hilo de esta situación confío y espero que algunos de sus dirigentes varíen su posición de bombardeo continuo contra la ampliación del puerto de Valencia, en clave logístico fundamental para seguir atrayendo inversión y negocio del volumen de Volkswagen. Ojalá la coherencia se imponga por encima del sectarismo político.
La segunda gran derivada la marca el futuro de Ford . Que no le engañen: ni está clara su viabilidad en Almussafes, ni Detroit tiene claro todavía a esta hora qué va a hacer. Pero lo que es indiscutible es que empresas de este calado hablan, intercambian información y tienden puentes para colaborar. Sí, es indiscutiblemente que el hecho que Volkswagen fabrique sus baterías en la Comunidad Valenciana ayuda. Veremos hasta dónde para que Ford se decida dejar las cosas como están.
Pero más allá de si esta decisión puede influir en que Ford mantenga la factoría de Almussafes, más allá de las medallas de aquellos que no les corresponden, por encima de todo, me alegro por Sagunto, una localidad que sufrió el escarnio de una reconversión industrial saldada con el cierre de altos hornos y dejando sin trabajo a miles de valencianos.
La llegada de Volkswagen es mucho más que 3.000 puestos de trabajo creados de manera directa. Es más industria, más inversión, más riqueza y, si miras con detalle el mapa de la Comunidad Valenciana, nadie lo merecía más. Y yo que me alegro.
