Sociedad

Fin de la pesadilla en Punta Cana: el valenciano que acabó en la UCI por el papeleo ya está en casa

Jesús García y su mujer tuvieron que volar por separado y ahora van a denunciar al hotel donde sufrió la grave caída por una fuga de agua

Jesús García con sus familiares en casa, este domingo en Alaquàs (Valencia) ABC

J. L. Fernández

Del paraíso al infierno y ahora, por fin, en casa después de un susto mayúsculo cuando llegó a estar en la UCI por la gravedad de sus heridas. Jesús García y Araceli Esteban han regresado de Punta Cana a Valencia y han puesto fin a una pesadilla por el papeleo que agravó una fractura de fémur y cadera de él tras una caída debido a las demoras para operarlo , al no existir una asistencia sanitaria universal como en España.

«Está emocionalmente fastidiado, desanimado por lo que ha pasado, yo le digo que se tiene que olvidar de todo y ahora, por lo menos, está más relajado», relata su mujer, Araceli , este domingo después de la epopeya con escalas para volver desde la República Dominicana hasta Alaquàs. Primero del hospital a la capital del país, luego un vuelo a Madrid separados con su marido en clase business acompañado de un sanitario enviado desde Madrid para acompañarle, mientras ella volaba en turista. Ni siquiera pudo irse con él durante el vuelo, como esperaba.

Ese largo viaje en avión, con sonda y medias compresivas para la circulación de la sangre, también ha sido duro, aunque ya queda para el recuerdo. Y desde la terminal de Barajas-Adolfo Suárez hasta Valencia, en una ambulancia que le estaba esperando. En el Hospital General de la capital del Turia, tras un chequeo, le enviaron a su casa.

«Ahora la rehabilitación cuando le digan, primero en reposo», explica Inma Esteban, su cuñada, que ha buscado una silla de ruedas que tenían de su madre y también echará mano de unas muletas para que Jesús pueda valerse mínimamente en casa, al menos para ir al baño solo.

«No se hacen responsables»

La pareja va a denunciar para reclamar al hotel donde iniciaron sus malogradas vacaciones en Punta Cana, por la caída que sufrió en el baño debido a una fuga de agua. «Nos dijeron que lo sentían mucho, pero que no se hacían responsables, porque se podía haber caído solo y no veían agua , pero, claro, horas después ya habrían pasado lo de la limpieza», explica Araceli.

En cambio, aclara que «el seguro ha cumplido en todo, a partir del día siguiente, cuando pagó los 5.000 dólares al día siguiente de llegar al hospital, eso sí, allí tiene que ser todo con el dinero por delante, si no no hay asistencia médica». Y nada asequible: después de esa cantidad por el ingreso en cualquier centro sanitario, 24.000 dólares para el tratamiento, 4.000 en la UCI y 2.000 por noche en la habitación, entre otros gastos.

El valenciano con su mujer, Alicia Esteban, y el sanitario, antes de salir el vuelo de República Dominicana a Madrid, este sábado ABC

Y había urgencia en este caso. «El médico, al ver las placas, nos dijo que la fractura era grave, complicada, y que quería operarlo cuanto antes, esa misma tarde o a la mañana siguiente, porque se había destrozado también la cadera, pero no se ingresaba el dinero y él es diabético, se pincha, con lo que se le hicieron coágulos, tenía los huesos hecho astillas», recuerdan las dos hermanas, rememorando el momento más tenso de «15 días de estar nerviosos».

El presente es mucho más tranquilo, tendrá que ir doblando la rodilla, para ir recuperando movilidad, sin apoyar el pie nada por ahora, con los huesos que se fracturó reforzados por bastantes placas y tornillos. Ha perdido peso y en la otra pierna no tiene fuerza tampoco.

Sin vacaciones

Araceli volvería a Punta Cana («no he visto nada»), pero su marido no quiere: «Por la experiencia que ha tenido, yo lo entiendo, lo ha pasado tan mal, pero tendremos vacaciones en otro sitio, para la primera vez que salíamos fuera...»

Resignada, pero ya tranquila, disfruta por fin de su familia y puede pasar página después de aquel trajín desesperante en que les decían que «no era el papel adecuado y se iban echando las culpas unos a otros», y mientras Jesús «sangrando» en un box de Urgencias durante 20 horas angustiosas. «Ahora le digo que tenga paciencia, poco a poco, que todavía no le han quitado ni los puntos», comenta.

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