La Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana, liderada por Vicent Marzà (Compromís), ha ordenado a todos los centros educativos que remitan un informe para conocer qué lengua se utiliza en las diferentes actividades que se realizan fuera de las aulas: desde el recreo hasta las reuniones con los padres, pasando por el claustro o el descanso de los profesores.
Tal y como avanzaba hace unos días el periódico Las Provincias , el departamento encabezado por el dirigente de la coalición nacionalista ya aplica una directriz incluída en la polémica Ley de Plurilinguismo de hace un año. El documento remitido a los colegios, tanto públicos como concertados, plantea 32 cuestiones o supuestos en los que se pregunta si se utiliza el valenciano en ámbitos tan dispares como, por ejemplo, los ficheros de matrícula del alumnado, las fiestas de graduación o la megafonía a través de la que se realizan los anuncios en el centro.
El mismo medio adelantaba que los colegios deberán reenviar ese escrito a la conselleria y dar cuenta de los progresos en la materia antes de que acabe el plazo límite para alcanzar el objetivo del uso del valenciano en toda la comunidad educativa: el curso 2021/2022 .
Pero esta reclamación de datos no solo va dirigida al equipo directivo de los centros. La delegación de Marzà abre la puerta a que el claustro de profesores pueda hacer sus aportaciones y ponga el foco en las actividades en las que se utiliza o no la lengua valenciana -involucrando incluso a los trabajadores de mantenimiento- para implantar con su ayuda el proyecto lingüístico del Gobierno autonómico en todos los espacios.
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