Política

Las maniobras en el Consell y las tensiones de Unides Podem llegaron hasta la Sindicatura de Greuges

La diputada Irene Gómez sonó como adjunta en el órgano, lo que habría provocado cambios en el Gobierno y en las Cortes Valencianas

Rubén Martínez Dalmau, en las Cortes Valencianas ROBER SOLSONA

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Las negociaciones entre los partidos para la elección de los adjuntos al Síndic de Greuges (puesto que ocupa Ángel Luna) no han tenido durante los últimos meses más trascendencia que los habituales tira y afloja por los nombres de las personas que iban a situarse en los cargos. Sin embargo, sí hubo algunas propuestas que no llegaron a materializarse pero que en realidad suponían maniobras con diversas consecuencias.

En este caso, PSPV y PP llegaron a un acuerdo para la sustitución de José Cholbi al frente del órgano, dejando a los populares con un adjunto, mientras el segundo sería acordado entre Compromís y Unides Podem.

La coalición ganó finalmente el pulso colocando a Concha Bru, pero las ideas que surgieron por parte del vicepresidente morado, Rubén Martínez Dalmau (y trasladadas al grupo), no pasaron desapercibidas. La exsenadora por Valencia Vicenta Jiménez fue una de las opciones que sonó, pero la más llamativa fue la de la actual diputada Irene Gómez , según confirman fuentes parlamentarias. Sobre todo por las consecuencias aparejadas.

Si hubiera salido adelante su nombre, Gómez habría tenido que dejar el acta para dar el salto a la Sindicatura. La lista por Castellón habría corrido y el escaño le habría correspondido ocuparlo al actual secretario autonómico de Vivienda César Jiménez . El movimiento parecía coherente si él aceptaba, ya que fue parlamentario durante toda la pasada legislatura. A ello se le une que entre él y Dalmau no existe la mejor de las sintonías, aunque la relación se habría suavizado recientemente.

En el caso de que Jiménez hubiera decidido continuar en el Consell, el enredo no era menor. El siguiente en la candidatura después de él era Cristian Veses, de Esquerra Unida y subsecretario del departamento de Transparencia que dirige Rosa Pérez. Un movimiento que habría cambiado los equilibrios del grupo, donde este partido pasaría a tener tres diputados -cuenta ahora con dos- en detrimento de Podemos, que se habría quedado con cinco.

Y no sólo se hubiera tratado de que los morados perdían un representante, sino de que las mayorías en el conjunto del Parlamento autonómico también se hubieran visto afectadas. Los cálculos en este escenario apuntaban a que, repentinamente, Esquerra Unida pasaba a ser la llave de cualquier decisión . Sin ellos, PSPV, Compromís y Podemos habrían sumado 49 diputados, cuando la mayoría absoluta se sitúa en los 50.

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