José Luis Torró - Al punto

Los ministros, el lenguaje inclusivo y el Ontinyent 1931

«Ese lenguaje inclusivo es reiterativo y redundante y no hace sino insistir en una moda que el feminismo irenemontero trata de fomentar»

Imagen de la ministra de Igualdad, Irene Montero EP

La ministra de Igualdá nos demuestra en todas y cada una de sus intervenciones públicas la progresiva pérdida de la calidad intelectual, erudición y estudios de los ministros en España. (Sí, sí… y ministras). Con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno se ha llegado al más bajo nivel de preparación de un gabinete ministerial. El que no tiene un currículum más falso que un euro de madera es un iletrado de enciclopédica ignorancia.

Nuestro paisano, el periodista y doctor en Ciencias de la Información, José Manuel Gironés biografió a los noventa ministros de Franco . (Confío en que ningún majadero le moleste diciendo que hizo apología del franquismo). El que menos de aquellos ministros tenía una licenciatura, cuando no dos. Y la mayoría algún que otro doctorado. Doctorado de los de verdad, de los de antes, no como el que le regalaron a Pedro Sánchez gracias a una tesis que desde Moncloa han conseguido que quede cubierta con un espeso manto de silencio.

Los currículums de los ministros de Adolfo Suárez revelaban que los eligió a todos con carrera y, algunas, además, con notable éxito profesional o empresarial. Igual hizo Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González , siguiendo el que era uso y costumbre, nombró ministros a profesionales con preparación y estudios. José María Aznar y Mariano Rajoy también quisieron verse rodeados de expertos y peritos.

Fue llegar José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del Gobierno y aparecieron en escena las pajines y los pepeblanco. Y, ya con Pedro Sánchez , llegaron las rebajas de modo que hasta Irene Montero llegó a ministra. Nos puede dar la risa tonta si la escuchásemos decir que fue nombrada por sus propios méritos y no por ser pareja del vicepresidente más inútil y vago que ha tenido España en toda su historia. La única aportación que se conoce de la ministra de Igualdá es su plúmbea, reiterativa y machacona insistencia en usar un vocabulario inclusivo que ha llevado hasta el desiderátum gramatical con esa patochada suya de hijos, hijas e hijes que repite papagayamente.

Imagen de la ministra de Igualdad, Irene Montero EP

La Real Academia Española, máxima autoridad en lo de «fijar, pulir y dar esplendor» a la lengua castellana, ha dicho y repetido con formales pronunciamientos el sinsentido que supone el lenguaje inclusivo que tantos, tantas, tantes, tontos y tontas usan porque así se creen que combaten al machismo y al heteropatriarcado.

La pasada semana se conocía que el ministro de Educación Nacional, Juventud y Deportes francés, Jean-Michel Blanquer , ha prohibido el lenguaje inclusivo en los colegios franceses, según informa 'Le Figaro'. Blanquer publicó el jueves de la pasada semana una circular en la que indicaba que este tipo de lenguaje «constituye un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura».

Dirigiéndose a los rectores de la academia, a los directores de la administración central y personal del Ministerio de Educación Nacional les dijo que debería prohibirse el recurso a la denominada escritura inclusiva por ser «un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura», y añade que «la imposibilidad de transcribir textos verbalmente con este tipo de escritura dificulta la lectura en voz alta y la pronunciación, y en consecuencia el aprendizaje, especialmente para los más pequeños».

Me disponía a comentar la decisión del ministro galo y felicitar a los franceses por tener un ministro con tanto conocimiento (trellat, diríamos en valenciano) cuando recibo una comunicación del Ontinyent 1931 en la que se repite el uso de socis i sòcies y de tots i totes .

Como resulta evidente, ese lenguaje inclusivo es reiterativo y redundante y no hace sino insistir en una moda que el feminismo irenemontero trata de fomentar para aparentar que su ministerio hace algo.

El responsable de prensa del Ontinyent 1931, después de sucesivas raciones de socis y sòcies , a quienes invita a presentar enmiendas a los que serán nuevos estatutos del club, cae en una contradicción al facilitar el correo electrónico y excluye a las sòcies puesto que es este: socis@ontinyent1931cf.com. ¿Ven cuán innecesario es el lenguaje pretendidamente inclusivo y el tiempo que nos ha hecho perder a tots i totes ?

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