José Luis Torró - Al punto

La ministra de Igualdad y el «Hombre de la manta»

«Según Irene Montero, el conocido como 'Monumento al Hombre de la manta' de Bocairent representa en sí mismo un caso de discriminación hacia la mujer»

El monumento del Hombre de la Manta de Bocairent ABC

El  Ayuntamiento de Bocairent  ha recibido un requerimiento del Ministerio de Igualdad, presidido por  Irene Montero , pareja del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias , en el que se le recuerda que en una notificación anterior se establecía un plazo, que finaliza la próxima semana, última de este año 2020, por el que debía informar de los planes que pensaba poner en marcha con el fin de “corregir” (ese es el verbo utilizado por el Ministerio) “la grave discriminación que supone la existencia a la entrada de la población del conocido como “ Monumento al Hombre de la manta ”, que representa en sí mismo un caso de discriminación hacia la mujer”. 

No menos sorprendente que la noticia anterior es la resolución dictada por la Oficina Técnica del Ayuntamiento de Ontinyent , que obliga a I.G., vecino de la calle José Iranzo, para que en el plazo improrrogable de siete días, que se cumplen el próximo lunes “proceda al derribo de la parte exterior, voladizo incluido, de la casa estilo moruno ubicada en el espacio habilitado al efecto en el comedor de su vivienda, al haberse detectado un exceso de edificabilidad que vulnera la normativa vigente que regula la construcción en nuestro término municipal” advirtiéndosele que en el caso de resistencia se tomaran las medidas adecuadas por parte de la autoridad, dado que sus alegaciones, de que “se trata de una casa construida por su hija con material reciclado para que pase a formar parte del belén familiar”, no se consideran entre las posibles excepciones que contempla la ley.

No crea el lector (o lectora, no vayamos a liarla) que se trata de dos noticias en exceso fantasiosas. Lo son, en efecto, pero perfectamente podrían formar parte, y no desentonarían, en una antología del disparate protagonizado por autoridades que pretende aplicar leyes y normas que por absurdas, cuando no ridículas o estúpidas, acaban por ir contra los intereses de ciudadanos a instituciones. Y no se trata de un par de inocentadas como los anotadas. 

¿Cabe mayor y más cruel inocentada que la sufrida por más de cinco mil valencianos que han fallecido en este malhadado año sin haber llegado a recibir las ayudas a la dependencia de las que tan necesitados estaban ellos como sus familias? ¿Ése era el cacareado y redentor rescate de las personas que proclamaba Mónica Oltra antes de llegar al Gobierno que vicepreside?

El monumento del Hombre de la Manta de Bocairent ABC

¿Y qué tal como inocentadas, pero de las de colgar un monigote en la espalda, tantas de las intervenciones del pandémico portavoz del Gobierno, Fernando Simón . O las del ministro de Sanidad, Salvador Illa . O cualquier otra del contumaz trolero que es el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, superado –que ya es superar—por las del presidente Pedro Sánchez . Y qué decir de las nueve versiones distintas dadas por el ministro José Luis Ábalos de su encuentro con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez y sus treinta maletas, en el aeropuerto de Barajas?

¿Debemos calificar de inocentada –mejor sería de hacerlo en otros términos—  la existencia de una legislación obtusa y abstrusa como la que impide que una institución como el Santo Hospital Beneficencia de Ontinyent reciba las ayudas por atender y alojar a personas necesitadas porque las dimensiones de las habitaciones y pasillos no son las que exige una ley autonómica, incapaz de contemplar la excepción que supondría reconocer la existencia de edificios antiguos, como es el caso, pero que han cumplido su misión y la seguirían cumpliendo de no ser por la cazurrería y torpe miopía de una administración cuadriculada ?

Aquí lo dejo, sin extenderme más, aunque de absurdidades gubernamentales y sus administraciones, que para nada son inocentadas, se podría llenar una enciclopedia Espasa. Hoy quiero terminar enviando, a quienes tienen la amabilidad de leer estas líneas y a sus familias, mis deseos de una muy feliz Navidad que ojalá sea capaz de mitigar tanta desolación y hundimiento como el que nos ha proporcionado el maldito coronavirus y la pésima gestión del gobierno que nos desgobierna.

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