Elche

Cuatro años viviendo con su agresor sexual en el mismo edificio por maniobras judiciales

Una joven ilicitana relata su calvario porque no se aplica la orden de alejamiento de la sentencia por recursos y ahora una petición de indulto

La Audiencia Provincial de Alicante, donde se ratificó la condena al agresor sexual JUAN CARLOS SOLER

J. L. F.

Una joven de Elche que prefiere guardar el anonimato por miedo ha relatado a varios medios de comunicación que lleva cuatro años conviviendo en el mismo edificio con su agresor sexual porque, a pesar que está condenado y en la sentencia hay una orden de alejamiento, ha ido presentando sucesivamente recursos y está pendiente ahora de uno de amparo ante el Tribunal Constitucional y una petición de indulto.

El hombre que se ha convertido en una pesadilla para esta ilicitana aprovechó un día en que coincidieron en el ascensor para restregarle sus partes íntimas por el cuerpo y, antes de que ella huyera, le advirtió: «Esto debe quedar entre nosotros». Pero no le hizo caso. «Denuncié porque si le hubiera pasado luego lo mismo a otra chica con él, no me lo perdonaría», ha rememorado.

De hecho, en el juicio del que salió condenado en 2016 a dos años de prisión, cinco de libertad vigilada, una indemnización y a no acercarse a menos de 200 metros de ella , su defensa argumentó que estaba trastornado por un accidente de tráfico, si bien el tribunal estimó que eso no afectaba a sus capacidades cognitivas. De ahí que su víctima tuviera más temor aún a que su agresor reincidiera con otra mujer o con ella, al tener que verlo con asiduidad.

Acompañada de su padre

De hecho, avisa a su padre cuando sale del trabajo para que él la espere en el rellano por si vuelve a toparse a cara a cara con este vecino que le está amargando la existencia. Porque se conocían al vivir los padres de ambos en la misma escalera, aunque ella nunca se podía esperar este ataque, cuando se le abalanzó con malas intenciones sexuales sin su consentimiento.

A pesar de que la Audiencia Provincial de Alicante desestimó el primer recurso y ratificó la condena el año pasado, el agresor ha seguido pleiteando hasta hoy, cuando espera un indulto.

Además de la tensión psicológica de saber que está en el mismo edificio, porque allí residen sus padres, la víctima lamenta el gasto que le está ocasionando seguir adelante con esta sucesión de recursos y peticiones para ejecutar la sentencia y la orden de alejamiento. Tampoco se atreve a independizarse, aunque ya tenía una vivienda propia, porque tiene miedo a vivir sola.

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