Imagen de Joaquín Sorolla durante su juventud
Imagen de Joaquín Sorolla durante su juventud - ABC
CULTURA

Brochazos de Sorolla en pantalla grande

La empresa valenciana Versión Digital distribuye en salas de toda España el último documental sobre el «pintor de la luz»

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Sorolla volverá a las salas de cine de toda España hasta finales del mes de mayo. El documental “Sorolla, la Emoción del Natural”, rodado en 2009 con motivo de la primera exposición antológica que el Museo del Prado dedicó al pintor del siglo XIX, fue estrenada el pasado 7 de abril en distintas ciudades del territorio español. Según informa la distribuidora valenciana Versión Digital, la producción se repondrá de forma puntual hasta finales de mayo.

La película, que desde el punto de vista cinematográfico sigue los cánones clásicos del género documental, aporta sin embargo perspectivas interesantes a la hora de analizar plásticamente la pintura de Sorolla. Los primeros planos en Alta Definición permiten admirar los brochazos empastados del pintor valenciano, dotado de una capacidad insólita para realizar pintura social o retratos de gran carga psicológica a partir de pinceladas aparentemente abstractas.

En este sentido, el director José Luis López-Linares ha contado con la colaboración de diversos expertos en la obra de Sorolla, entre ellas las restauradoras del Museo del Prado Eva Perales y Lucía Martínez; el director de la Hispanic Society of America de Nueva York, Mitchell Codding; o la propia bisnieta del artista, Blanca Pons-Sorolla.

Las entrevistas con esta última investigadora sirven para derribar falsos mitos en torno a la vida y la obra del “pintor de la luz”. Uno de ellos en relación a su mujer Clotilde, a la que suele describirse como una mujer sumisa y con escaso papel en la trayectoria profesional de su marido. La extensa correspondencia entre los dos cónyuges publicada durante los últimos años, así como el testimonio de Blanca Pons-Sorolla, parecen apuntar sin embargo a la enorme dependencia emocional del pintor con su mujer, y a la capacidad de ésta para comprender que su marido debía anteponer los lienzos a su propia familia.

Otra importante fuente documental para este proyecto fue el vasto archivo fotográfico que se conserva de Sorolla. El hecho de que su suegro, Antonio García, fuese el fotógrafo más afamado de la Valencia decimonónica, y su posterior amistad con otro grande del género, el danés Christian Franzen, explican en parte la existencia de este importante fondo de imágenes. Así, se presentan al público retratos de infancia, escenas íntimas y registros visuales de los momentos en que Sorolla pintó algunos de sus cuadros más conocidos en la playa de la Malvarrosa.

Si bien a título biográfico no se nos ofrece ningún dato novedoso –aunque sí algunos poco conocidos-, el documental sí incide en la animadversión que generó la obra de Sorolla entre intelectuales del momento como Unamuno o Machado, que consideraban que su pintura era superficial y orientada al beneficio económico. “Efectivamente, no era el típico pintor atormentado; él no sufría pintando y además tenía una impresionante facilidad para hacerlo –explica el director de la cinta-. Pero lo suyo era un don natural, una pasión e incluso una obsesión. La serie de “Visiones de España” que realizó para la Hispanic son una prueba de ello. Esas grandes pinturas realizadas al natural en exteriores cuando ya era mayor, fueron un empeño algo disparatado, y ese esfuerzo de alguna manera precipitó la enfermedad que le llevaría a la muerte”.

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