Puigdemont acusa a la CUP de destruir el «procés» con su veto a los presupuestos

El «president» cita a las entidades secesionistas para presionar a los antisistema

Barcelona Actualizado: Guardar
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Carles Puigdemont estalló ayer contra la CUP por su veto a los Presupuestos de la Generalitat. El presidente catalán aprovechó la presentación de un proyecto social para arremeter, sin citarlos explícitamente, contra los cuperos, a los que acusó de ser los «destructores» del proceso secesionista.

«Hay destructores que son generadores de pobreza con sus actos y con su irresponsabilidad social», pero también por su «omisión de socorro, responsabilidad y por insensibilidad», soltó. Luego, pidió aparcar «apriorismos ideológicos y ventajas partidistas» y ser constructores de «dignidad».

La andanada llega tras la decisión de la CUP, avalada por su militancia, de presentar una enmienda a la totalidad a los presupuestos de la Generalitat, que el próximo miércoles se juegan su tramitación en el debate a la totalidad en el Parlament.

Todos los grupos de la oposición presentan sendas enmiendas a la totalidad, pero a ellos se ha sumado la CUP. Pese a que los antisistema suscribieron un pacto de estabilidad con el gobierno de Junts pel Sí -que no alcanzó la mayoría absoluta el 27-S- tras lograr que Artur Mas renunciara a ser presidente a cambio de la investidura. Un pacto que, se sobreentendía, incluía el aval al presupuesto

Si el gobierno catalán no logra tramitar su presupuesto -la CUP no se cierra a seguir negociando... pero mantiene el veto-, deberá prorrogarlo. Porque se niega a elaborar uno nuevo por falta de tiempo. Con presupuesto prorrogado y un gobierno que podría quedarse sin mayoría absoluta tras replantearse su alianza con la CUP, será imposible aplicar el plan de choque social o crear las «estructuras de Estado», como la Agencia Tributaria propia. En suma, adiós al «procés» que debía culminar en 2017 y unas casi inevitables elecciones anticipadas.

Ante esta amenaza, el presidente catalán convocó ayer al mediodía de urgencia, en su despacho, a los líderes de la Asamblea Nacional Catalana, de Òmnium Cultural y de la Asociación de Municipios por la Independencia. Les pidió que ejerzan de mediadores para convencer a la CUP de apoyar los presupuestos. Un «pressing CUP», segunda parte. Secuela del que estas entidades hicieron a la CUP para investir un gobierno de JpS.

El pasado jueves, el convergente Puigdemont y su vicepresidente Oriol Junqueras (ERC) se reunieron con diputados de la CUP para proponerles cambios en los Presupuestos que les convencieran de apoyarlos. Los antisistema, a su vez, presentaron otras propuestas. Y unas y otras no encajan.

Aunque exige como requisito que los presupuestos pasen el primer filtro de las enmiendas a la totalidad sin modificar una coma, el gobierno catalán se aviene a modificarlos en el trámite de enmiendas. Así, ofrecen a los cuperos recuperar impuestos suspendidos o anulados por el Tribunal Constitucional -a depósitos bancarios, pisos vacíos, etc.-, o revertir la privatización de la suministradora de agua ATLL. Pero la CUP pide más. Unas cuentas de «ruptura» con el Estado.

Los antisistema exigen que se incumpla el techo de déficit del 0,7% -si cabe, incluyendo «partidas ficticias», afirman sin ambages-, subir el IRPF a las rentas altas y modificar los impuestos de Sucesiones y Patrimonio. Y aquí Convergència carraspea. Además, en cuanto a la deuda, proponen un referéndum a la griega para decidir si no se paga.

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