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Artur Mas, en el Parlament - EFE
Sesión de Investidura

Mas: «Sin investidura el proceso queda encallado»

El aspirante a presidente presenta un programa de máximos para agradar a la CUP, a quienes ruega que le voten

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El candidato a presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha utilizado esta tarde su discurso de investidura para pedir, casi rogar, a los diputados de la CUP que le voten como presidente, un ruego que ha lanzado apelando al bien superior de la independencia y el estado propio. Los diez diputados del grupo antisistema ya han anunciado de manera clara, de nuevo, que no le apoyarán, ni en la votación de mañana, donde se requiere mayoría absoluta de la cámara, ni en la del jueves, donde bastaría con una mayoría simple.

En un discurso pensado para agradar a sus deseados aliados antisistema, Mas se ha presentado con un programa de máximos, muy escorado a la izquierda en lo social -según el acuerdo alcanzado con la CUP-, y donde no ha dejado margen alguno para la posibilidad de recular.

Con todo, ha asegurado, a riesgo de contradecirse, que todavía hay margen para el diálogo. «Estamos legitimados para construir el nuevo Estado. El gran reto del mandato es transformar la autonomía en Estado. El plebisicto no lo hicimos para gestionar la autonomía. El reto es gigantesco», ha reconocido el presidente en funciones, para luego añadir, hablando de su propia figura. «Para conseguirlo hace falta todo el mundo. No sobra nadie, lo repito, no sobra nadie».

«Si el Estado fuese inteligente vería que se puede establecer diálogo»

En este contexto, y al margen de quién pilote ese proceso, Mas ha defendido la declaración de «inicio del proceso» que esta misma mañana ha aprobado la cámara, un texto que, pese a su literalidad rupturista, Mas ha presentado prácticamente como si se tratase de una invitación al diálogo con el Estado. Al respecto, Mas ha reconocido que «no haber alcanzado el 50% de los sufragios» impide al futuro gobierno catalán y a su parlamento adoptar la vía de la unilateralidad. «si el Estado fuese inteligente vería que se puede establecer diálogo»

«El texto que hoy hemos aprobado no incluye una declaración unilateral de independencia», ha señalado el aspirante a presidente, para quien «si el Estado fuese inteligente vería que se puede establecer diálogo». Es el mismo texto, ha reconocido Mas, que insta a desobedecer, por encima de cualquier consideración legal, únicamente a las instituciones catalanas.

En su intervención, Mas ha aprovechado para cargar contra la «miopía política» y los «tics predemocráticos» de un Estado que, a su criterio, «quiere encarcelar a a quienes promueven el voto». De manera inédita, y hablando en castellano dirigiéndose al conjunto de España, ha señalado: «¿Quién quiere vivir en un Estado como este? ¿Quien quiere vivir en un Estado que persigue criminalmente a quienes buscan el voto».

En un nuevo llamamiento directo a la CUP, Mas ha recordado que «para dar consistencia» al proceceso constituyente que el soberanismo espera abrir esta legislatura «se requiere un gobierno constituido y no en funciones». «El próximo gobierno deberá proponer la agenda de negociación con el Estado y con las instituciones interancionales... y eso no lo puede hacer un gobierno en fuciones». «Por eso es tan importante esta sesión de investidura», ha proseguido Mas, quien ha añadido que «sin investidura el proceso queda encallado, al menos durante un tiempo».

«El Estado español tiene intolerencia a la realidad nacional catalana»

En este contexto, y para justifiar su programa rupturista, Mas ha negado que haya posibilidad para un «camino intermedio», para una «tercera vía». «Hay que escoger entre subordinación y libertad. La subordinación es cómoda pero tiene un coste, y la libertad es incómoda porque tiene un precio. Hay que escoger (...) Me pueden decir que hay caminos intermedios, es cierto, pero no depende de nosotros sino del estado», ha explicado el aspirante, que ha apuntado en esta línea que la posibilidad de celebrar un referéndum vinculante no es ahora posible con un Estado «políticamente incapacitado» para asumir el «reto» que se planteado desde Cataluña.

Sobre ello, Mas ha considerado que «el Estado español tiene intolerencia a la realidad nacional catalana, a pesar de la lealtad que Cataluña ha demostrado en todos los grandes retos de las últimas décadas». En este contexto, ha vaticinado que «la desafección hacia el Estado, no hacia España irá a más».

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