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La mujer del exdirector administrativo del Palau de la Música Jordi Montull, Mercedes Mir - EFE

Las hijas de Millet aseguran en el juicio que se enteraron del pago de sus bodas por la prensa

El matrimonio Millet tiene "capacidad económica", defienden las hijas del principal responsable del saqueo de la institución

La mujer de Millet: "Yo pensaba que era dinero nuestro, teniendo dinero como teníamos"

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Clara Millet, hija del expresidente del Palau de la Música Fèlix Millet y principal acusado en el caso que se está juzgando en la Ciudad de la Justicia, ha asegurado este lunes que se enteró de que su boda la había sufragado el propio Palau cuando estalló el caso: "Me quedé helada".

"Nunca se me ocurrió en la vida que lo pagara el Palau, cuando mis padres tienen capacidad económica", ha dicho ante el tribunal al declarar como responsable civil a título lucrativo, y a preguntas del abogado de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música.

Según ella, su suegro no pagó la mitad del convite -40.000 euros-, como se ha dicho, sino sólo sus 80 invitados y el "disc-jockey", y que eso sumaba 8.000 euros: "Estoy cansada de tantas mentiras".

Ha asegurado que su padre fue quien impuso que la boda fuera en el Palau y que aseguró que correría con todos los gastos organizativos; según el fiscal, las bodas de Clara y Laila Millet celebradas en 2000 y 2002, respectivamente, en el Palau costaron 164.269 euros.

También ha dicho que ella quería una boda íntima -"El tema social no era lo mío"-- pero que aceptó porque ella quería casarse y fue práctica, además de que había un lazo sentimental con el Palau.

Laia Millet también ha declarado este lunes y ha señalado, en relación al pago de su boda en el Palau, lo mismo que su hermana Clara.

Laila ha explicado que, hasta que estalló el escándalo del Palau en julio de 2009, no imaginaba que su padre estuviese desviando fondos, porque veía "natural" el alto nivel de vida que llevaba, por todo lo que trabajaba y los puestos que tenía en varias instituciones.

Ha asegurado que el escándalo derivado del saqueo les cambió la vida: "Ha habido un antes y un después. He visto a gente girarle la espalda a mi madre".

Millet limitó las mesas

Clara ha relatado que, además, su padre le limitó a dos el número de mesas para sus invitados entre los 400 que había en total -"Me enfadé porque era mi boda"- aunque al final consiguió alguna mesa más, y que su marido y su familia política solo llevó a 80 invitados, según informa Ep.

"Este casamiento ha sido una bomba" -ha lamentado- debido a las críticas que recibió al saberse que la pagó el Palau, y ha añadido que ella se limitó a escoger las flores y el catering, aunque nunca firmó ni pagó ninguna factura.

Considera que en realidad esa boda la aprovechó su padre "para hacer su acto" e invitar a sus compromisos, ya que, por ejemplo se celebró un viernes a las 13:00 horas para que no les interrumpiera el fin de semana, lo que obligó a que los amigos de ella tuvieran que pedir fiesta, según ella.

"Una masacre contra la familia"

Sobre los 42.000 euros que había en la caja fuerte del Palau y que ella entregó en un sobre a su padre, ha dicho que el sobre se lo dio la secretaria de Millet Elisabeth Barberá para que se lo diera a su padre, y que nunca se quedó ese dinero.

A consecuencia de todo este caso, "mediáticamente hubo una masacre contra la familia" y se les ha prejuzgado, metiendo a toda la familia en el mismo saco, y acusando a su familia de quedarse 20 millones de euros cuando es totalmente falso, según ha dicho.

Ha considerado "muy duro" que en ocho años solo se ha podido defender dos veces -la primera en su juicio laboral y la segunda en este juicio-; que perdió su trabajo en el Palau como responsable del departamento de promoción internacional; y que, después, tanto ella como su marido tuvieron problemas en varios procesos de selección.

Por eso, se fue a vivir con su marido y sus tres hijos a Australia: "Vivo tranquila, nadie me juzga porque sea Millet, no hay prejuicios sociales. Nos ha afectado pero tiramos adelante y ya".

La mujer de Millet: "Pensaba que era dinero nuestro"

Por su parte, la mujer de Millet y madre de Clara y Laila, Marta Vallès, ha asegurado -también durante su declaración ante el juicio, como responsable civil-, que no sabía que su marido pagase los gastos personales de la familia con el expolio de la institución: "Yo pensaba que era dinero nuestro, teniendo dinero como teníamos".

"Nunca se me hubiese ocurrido que todo lo pagase el Palau: yo tenía dinero y mi marido también", ha explicado en su comparecencia, al citársele como responsable civil a título lucrativo por beneficiarse del desvío de fondos de su marido para pagar viajes personales y las bodas de sus hijas, entre otros gastos.

Vallès ha asegurado que Millet llevaba toda la gestión económica familiar: "Con él era mejor no discutir. Él mandaba y hacía todo. Yo pensaba que era dinero nuestro. Yo llevaba las cosas de casa, yo no llevaba nada".

Al preguntársele si ella tenía constancia de que una empresa en la que ella figuraba como administradora -Bonoyma- le hacía facturas al Palau por servicios que no existieron, ella ha asegurado que no: "Ni en sueños. No tenía constancia, no tenía ni idea".

La mujer de Millet ha relatado que la pusieron a ella como administradora de esta empresa porque el asesor fiscal decía que estas compañías debían tener esta figura, pero ha dicho que sólo tenían un empleado que iba a "hacer números", aunque lo gestionaba su marido.

La mujer de Montull: "Nunca supe nada"

La esposa de Jordi Montull, Mercedes Mir, que también ha declarado como responsable civil a título lucrativo, ha dicho que las obras en su casa presuntamente a cuenta del Palau -entre la Fundació y el Consorci le reclaman unos 250.000 euros- "más bien fueron pocas" y que de eso se encargaba su marido.

Sobre la sociedad Aurea Rusula, que supuestamente se usó para facturar falsamente trabajos al Palau, ha explicado que ella fue un día al notario, por indicación de su marido, a firmar para ser la administradora, y que ese día le dio poderes a él: "Nunca supe nada más".

En referencia a los gastos familiares, ha explicado que con su marido tenían una cuenta común en la que ella tenía firma, y que de esa cuenta pagaba lo que tenía que pagar en metálico o con talón.

Además, ha asegurado que los viajes a países exóticos que supuestamente se pagaron a cuenta del Palau ella los consideró siempre un regalo de Fèlix Millet.

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