Cataluña, última bala «confederal» para Iglesias

En las elecciones vascas y gallegas del pasado mes de julio Podemos vio cómo se desplomaban sus marcas locales en ambas comunidades. Galicia en Común obtuvo poco más de 50.000 votos y ningún diputado cuando cuatro años antes, En Marea (la confluencia avalada entonces por Iglesias) quedó segunda por delante del PSOE con 14 escaños y 273.000 votos.

El destrozo fue importante también en el País Vasco, donde Elkarrekin Podemos perdió la mitad de votos y representantes. Con estos precedentes, la dirección morada aguarda los comicios catalanes del 14-F con la esperanza de que su marca confederal Catalunya en Comú rompa la mala racha y logre representación suficiente para ser influyente en un Parlamente e incluso llegar a gobenar. Algo así como un todo o nada.

Con todo, la campaña catalana no se vislumbra como un camino de rosas para una formación que deberá enfrentar dos retos. Por un lado, el escaso conocimiento que tiene el electorado catalán de su candidata, Jéssica Albiach, que la última encuesta del CEO cifró en un 45,8%. Albiach, la más desconocida de las candidatas de izquierdas, saltó del 15-M a la política institucional, pero apenas ha logrado visibilidad ante un electorado donde aún pesa mucho el tirón de Pablo Iglesias y Ada Colau . Precisamente el papel de la alcaldesa de Barcelona en las elecciones es otra de las incógnitas que pesan sobre la campaña. La primera edil lleva toda la pandemia reforzando su perfil institucional y, por el momento, apenas se ha involucrado en la labor de reforzar a su candidata. Tampoco Iglesias ha estado en Cataluña desde hace tiempo.

En estos momentos, parece que Colau esté repitiendo la estrategia de 2015, cuando se apartó de la candidatura que en ese momento representaba a los de Iglesias en Cataluña para que sus malas perspectivas no perjudicarán su posición en el Ayuntamiento. Este planteamiento contrasta con el papel activo que ha tomado en las elecciones generales que han tenido lugar desde que está en el Consistorio, y en las que ha participado tanto en actos como apuntalado las listas con candidatos muy cercanos a ella como los exconcejales Jaume Asens y Gerardo Pisarello , ahora diputados en las Cortes. «Contamos con la participación de Colau y del vicepresidente Iglesias», apuntan a ABC desde el equipo de campaña de los comunes. La formación, además, se prepara para diseñar una estrategia que conserve la cercanía con los electores a pesar de las restricciones sanitarias. «Pensamos en montar un plató en la sede del partido y emitir desde allí actos en formato de conversación», afirman.

Cataluña necesita un gobierno que dé respuestas progresistas a la crisis económica y social que sufrimos, pero que también crea en el diálogo para resolver el conflicto político entre Cataluña y España». Estos serán, según avanzó Albiach a la prensa antes de las vacaciones de Navidad, los dos puntales de una campaña atípica que los comunes encaran viendo como las formaciones que hacen “ frontera” con su electorado -el PSC y la CUP- acumulan fichajes para seducir a sus votantes.

Los socialistas se han decantado por una exdiputada morada, la escritora Gemma Lienas, mientras que los antisistema han subido la apuesta y han encumbrado en sus listas a Dolors Sabater , la exalcaldesa que echó a Xavier García Albiol (PP) de la alcaldía de Badalona. Sobre la alcaldesa, fuentes de los comunes apuntan que no es un riesgo, ya que su incapacidad para pactar y dialogar quedó certificada durante la primavera, cuando tras la dimisión del alcalde socialista de Badalona -cazado conduciendo borracho en pleno confinamiento- Sabater fue incapaz de evitar que el popular fuera investido de nuevo, a pesar de que los números daban para una nueva coalición de izquierdas. Sobre Illa, se muestran también contundentes: «Nos parece bastante irresponsable dejar el cargo en plena vacunación para venir a hacer campaña».