«Ser catalán es un orgullo, ser español es un honor»

Medio centenar de personas se manifiesta en Barcelona para defender la unidad de España y criticar «el uso» que el Gobierno catalán hace de la radio pública

Uno de los manifestantes ataviado con todo tipo de ropa con los colores de la bandera de España AFP
Enrique Delgado Sanz

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No se sabe muy bien quién las convoca. De hecho, el organizador varía y no suele avisar con mucho tiempo de dónde y cuándo va a ser la protesta. No están anunciadas en prensa ni televisión y tampoco hay nadie que las difunda a través de la radio. «De estas cosas te enteras por cadenas de Whatsapp o si te llega por correo», explica José María, uno de los asistentes a la última movilización que el colectivo de catalanes no independentistas y sus asociaciones han convocado en Barcelona.

A mediodía, y con una afluencia de unas 50 personas , las banderas de España han tenido su hueco para protestar por la, a su juicio, instrumentalización de la radio pública por parte del Gobierno catalán. No es habitual ver banderas españolas estos días en Barcelona , donde cuelgan esteladas en numerosos balcones y ventanas. Algunas, eso sí, aguantan el paso del tiempo mejor que otras señeras, ya descoloridas -las menos-, que palidecen y cambian el naranja y amarillo por un combinación de rojo y blanco más propia del Athletic de Bilbao que de la causa soberanista.

«No hay por qué romper la unidad de España », estima José Luis Robles, uno de los participantes en la protesta, quien cree que en Cataluña funciona a pleno rendimiento «el adoctrinamiento contra la España». «Yo vine muy joven, me casé con un catalán, tengo hijos catalanes y no sé por qué no podemos ser españoles », ironiza Mayka Sánchez, también desde el corazón de una protesta mucho más reducida que las organizadas por el independentismo.

Algunos, como Francisco Díaz, le echan la culpa a que el acto se hubiera organizado a las 12 de la mañana -«la gente tiene que trabajar», subraya-; y otros, como el propio Robles, a que no creen que esté bien visto defender la unidad del país en público: «¿Acaso no puedo pasear mi bandera por las calles sin que me digan algo o incluso me escupan?». Si bien es cierto que los jubilados han sido mayoría en el acto -donde se han focalizado las críticas contra la periodista Mònica Terribas-, también allí se han dado cita integrantes de grupos de ultraderecha.

«¡No le digáis nada!»

Y entre banderas, proclamas, una vigilancia policial notable y una expectación mediática aún mayor -casi había más mossos y reporteros que manifestantes-, los gritos esta mañana se los ha llevado Empar Moliner , una escritora y periodista catalana a la que los asistentes a la convocatoria no olvidan: en abril de 2016 quemó una Constitución Española en directo por televisión. «¡No le contestéis a ninguna pregunta a esta señora!», se ha escuchado, justo antes de que la temperatura del ambiente subiera un poquito más. Enseguida Moliner ha desaparecido de escena y el mercurio de la protesta ha vuelto a rebajarse.

Otro manifestante sostiene una señera durante la protesta REUTERS

Justo antes de este incidente y unos minutos antes de que la manifestación -media hora después de su inicio- se desconvocara, un hombre ha enarbolado una señera y, colocándose en el centro de todas las enseñas españolas, ha comenzado a gritar un lema que, rápidamente, todos han coreado y que deja a las claras que, en Barcelona, no sólo hay vecinos independentistas: «Ser catalán es un orgullo, ser español es un honor».

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