No sin mi perro: la Barcelona «pet friendly»

Como los restaurantes, los hoteles también se han sumado a la tendencia y cada vez son más los que permiten que sus huéspedes estén acompañados por sus animales

Un cliente de Entre Dogs, acompañado por su mascota INÉS BAUCELLS

ANA LUISA ISLAS

Los animales de compañía hace tiempo ya que dejaron de ser solamente de compañía. Los hay que oficialmente son salvadores de vidas: los perros guía, para personas con alguna discapacidad social o física; los de asistencia emocional, que ayudan a superar traumas psicológicos, como la muerte repentina de una pareja; los perros de protección para mujeres víctimas de violencia de género, entre muchos otros. Los hay también que no necesitan tener un apellido importante pues, aún sin credenciales, salvan a sus dueños de improperios varios y depresiones. Así como su relación con nosotros ha avanzado, la recepción que tienen en ciertos sitios de Barcelona comienza a estar a la altura de sus tareas.

Hace 10 años, hablar de un restaurante en donde los perros son los protagonistas habría sonado a ciencia ficción. Desde hace casi un año EntreDogs (Alfonso XII, 94) se vanagloria de aceptar dueños. Es decir, que aquí los protagonistas son los perros y, por buena onda, dejan entrar también a los humanos que les acompañan. El sitio fue diseñado para semejante tarea: cuenta con arneses para amarrar a los canes a lo largo y ancho del local, camitas junto a las mesas, espacios para sentarse cerca del suelo, para estar en contacto con el animal, una sala para usos múltiples (como cursos de adiestramiento) y mucho más. La carta tiene una oferta internacional de sándwiches, ensaladas y aperitivos, con gran sabor y precios bajos. También hay un menú para los perros, ¡faltaba más! En caso de que haya algún accidente «sanitario», cuentan con un «punto limpio», en donde los dueños pueden encontrar todo lo necesario para limpiar cualquier desperfecto. EntreDogs se une a EspaideGats (Teruel, 29), un espacio con la misma filosofía, pero enfocado a los felinos.

Como los restaurantes, los hoteles también se han sumado a la tendencia y cada vez son más los que permiten que sus huéspedes sean acompañados, nunca mejor dicho, por sus animales. La cadena Derby Hoteles, por ejemplo, realiza una vez al año una fiesta de mascotas para recordarle a sus clientes que pueden venir también con el miembro de cuatro patas de la familia. Casa Bonay, Hotel Neri, Villa Emilia y Travelodge, son otros locales en donde las mascotas pueden trasnochar.

Para que los perros puedan comportarse en este nuevo horizonte, se han multiplicado los métodos de entrenamiento. Edukao, por ejemplo, se dedica a erradicar los problemas de comportamiento, pero también hacen paseos por la montaña y la playa, para socializar a los canes (y a sus dueños, por qué no decirlo). Uno de los métodos que emplean para lograr que los perros se adapten a la nueva realidad es el uso de las Flores de Bach. La oferta de actividades de «agility», en donde los perros y los humanos se ejercitan en equipo, también han aumentado. Para satisfacer la demanda, cada vez son más también las farmacias y tiendas especializadas en donde se puede comprar todo lo necesario para las terapias, entrenamientos de las mascotas y dietas ecológicas (muy de estos tiempos). Herbolari del Cel, Biovet y Olokuti, son algunas de ellas.

Pareciera que todo va viento en popa, sin embargo, Barcelona, como ciudad, no es precisamente ejemplo de ciudad amigable con los animales. A la falta de espacios públicos, hay que sumar ahora que los dueños están a la expectativa de una nueva normativa cívica mucho más exigente con las mascotas que se aprobó en el 2014 y entrará en vigor en septiembre de este año. Gracias a ella se restringe aún más, si cabe, la presencia de los canes en los parques y jardines. Para paliar el daño, se abrirán de aquí a entonces cada vez más espacios especiales para ellos, como el recién inaugurado en los Jardines de Piscinas y Deportes, en Sarriá, o el de 700 metros en Horta-Guinardó. Aun así, sus acompañantes (los humanos), protestan sobre las nuevas prohibiciones, como el ingreso de los animales a los jardines catalogados como históricos, como el Turó Park, que entró en vigor hace unas semanas y provocó una manifestación de ciudadanos que no quieren dejar lo que han hecho toda la vida, pasear a su perro en el parque continuo a casa.

Otros, con la intención de demostrar sus buenas intenciones, organizan patrullas «Anti Caca». Su labor, limpiar parques y plazas. «Para minimizar la posibilidad de ataques válidos contra la comunidad de personas con perros y para vivir en una ciudad más limpia», explican Richard y Maxim, los paseadores de perros que organizan patrullas en Gracia. Los humanos limpian sus necesidades físicas y, a cambio, los animales alivian sus necesidades psicológicas. Y muchas más.

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