«España ha llegado tarde a ver que los videojuegos no son cuatro frikis haciendo el tonto»

El Gamelab de Barcelona reúne las últimas tendencias de un sector que mueve más de 100.000 milones de euros al año, de los cuales 700 en nuestro país

Asistentes EFE

Arturo Pérez López

Mientras la ola de calor azota a todo el país, en el Hotel Hesperia Tower de Bellvitge (Barcelona) el ambiente es fresco y agradable. Y no porque el aire acondicionado funcione a la perfección. Nada más entrar en el edificio se escucha el rumor de una aglomeración festiva. Caras jóvenes, juegos de todo tipo y, sobre todo, mucho movimiento. Pero no se trata de ninguna fiesta. Se trata de un sector económico, social y cultural que está viviendo un auge imparable.

Barcelona se convierte desde este miércoles en la capital mundial del videojuego. La inauguración de la XV edición de Gamelab, el congreso internacional de videojuegos y ocio interactivo más destacado de Europa, ha arrancado esta mañana en el hotel barcelonés. Su director Iván Fernández Lobo lo inauguró hace 15 años «como una reunión de amigos» aficionados a los videojuegos, hasta ser ahora un evento que trae a la Ciudad Condal a los «Steven Spielberg de los videojuegos», como así ha señalado al ABC su organizadora Sylvia Suárez .

Ya situado en la misma agenda internacional que otros eventos similares como E3, Game Developer Conference o Gamescom, el cartel de esta edición incluye a muchas estrellas del videojuego. Las desarrolladoras pioneras Laura Higgins o Kate Edwards, o el veterano Mike Morhaime , cofundador de Blizzard Entertainment («World of Warcraft», «Overwatch»), entre otros, han sido las primeras estrellas en aparecer.

El encuentro reúne a curiosos, aficionados, profesionales y medios de comunicación para celebrar el talento tanto fuera como dentro de España y Barcelona. Especialmente, el nuestro. Entre conferencia y conferencia, una gran sala acoge a una multitud de jóvenes españoles. En todos lados, grandes pantallas de ordenadores y televisores exhiben sus proyectos amateur . Y entre ellos comparten la ilusión por hacer despegar su carrera o reforzarla.

Para algunos, de hecho, es la primera vez que han hecho un juego. Es el caso de Pau Tarés, Sergi Martínez y Raúl Roldán , tres barceloneses de entre 20 y 22 años que han logrado convertir el proyecto final de su carrera en la Universitat de Barcelona en el Premio al Mejor Juego de los Playstation Talents 2018 . «A Tale of Paper», el título de su videojuego todavía en desarrollo, tratará sobre las aventuras de un muñeco de papel para llegar al espacio. «Estamos ilusionados y tirando hacia adelante. La idea es formalizarnos como empresa y crear muchos más juegos», comenta.

Todos los jóvenes profesionales que presentan sus proyectos coinciden en que Barcelona y España «tienen mucho talento y conocimiento». Pero algunos, como Isabel Tallos , matizan que el país «necesita esforzarse a nivel industrial». Ella es confundadora de Everguild, su estudio, y hoy presenta «The Horus Heresy: Legions», un juego de cartas para dispositivos móviles sobre los libros de la herejía de Horus. Es el segundo proyecto de su carrera , realizado conjuntamente con la multinacional británica de juegos Games Workshop. «Hay falta de apoyo por parte del Gobierno para facilitar la creación de empresas. Ya no tanto que nos den dinero, sino por vender el talento y convertirlo en negocio», aclara. «España ha llegado tarde a ver que esto no son cuatro frikis haciendo el tonto», añade.

Cultura «made in Spain»

Gamelab es así una manera de tomarse en serio algo que ya llaman «cultura» por su creciente legado. Un sector joven comparado con los libros, la música o el cine, pero que se ha posicionado como la primera industria cultural del mundo por volumen de negocio. Tan solo un dato: se prevé que el videojuego genere este año más de 134.000 millones de euros en ventas, según el último Informe Anual del Mercado del Juego de la consultaría Newzoo. En España esta industria generó más de 700 millones de euros en 2017, tiene un crecimiento de entre el 10% y el 15% y ha creado cerca de 10.000 puestos de trabajo.

Pero más allá del potencial económico y cultural, el videojuego deja su huella en la sociedad. «A pesar de que a veces oigamos que los juegos aíslan y son adictivos, los videojuegos forman comunidades auténticas de seres humanos», insiste el director Fernández Lobo en declaraciones al ABC . Por eso Gamelab está orientado hacia la «creación de discurso interno y externo» más que a la «promoción comercial o a las novedades del sector», según su director. El objetivo final es fomentar un juego más «responsable» y desestigmatizar al videojuego como un entretenimiento vacío que nos engancha a las pantallas.

En este sentido, algunos de los proyectos amateur optan por los contenidos comprometidos. Dream Studio presenta «Relight», un videojuego que refleja los problemas de la discriminación. "En un primer espacio puedes ver la discriminación a las minusvalías físicas; en otro, la discriminación a las orientaciones sexuales, por ejemplo». Sus presentadores, los madrileños Fernando Gutiérrez, de 21 años, y Sergio Martín, de 22, quieren lanzar con su primer videjouego un «mensaje de conciencia que enseñe». Los jóvenes también coinciden en que en España «hay pocas ayudas» por los estigmas que todavía hay sobre los videojuegos. «No se genera lo que hay fuera. La gente que tiene talento se va al extranjero», comenta.

Cuestión de género

La cuestión del género también es notable. De entre todas las decenas de creadores, solo unas pocas son mujeres . «Personalmente no he tenido malas experiencias , pero sé que es más difícil para nosotras por los prejuicios», comenta al ABC Lucía Czemerinski , community manager del estudio barcelonés BeatiFun Games. «Sí creo que estamos haciendo cambios y que hay muchas mujeres en la industria. Hoy he visto que han presentado tres mujeres. En el último evento en el que estuve era la única». I sabel Tallo espera que en el futuro «ya no se tenga que hablar sobre este tema».

El ministro Guirao entrega el premio a Mike Morahime EFE

La inauguración ha finalizado con la entrega del Premio de Honor a Mike Morhaime , que también ha dado una conferencia junto al periodista especializado en videojuegos Dean Takahashi. El Ministro de Cultura y Deportes José Guirao ha asistido al evento para entregar el galardón a Morhaime y para insistir que «el videojuego es uno de los pilares de nuestra cultura digital». Emocionado entre lágrimas, Morhaime ha recogido el premio y ha animado a «seguir creando cultura» porque los videojuegos ya son «obras de arte». En declaraciones a ABC, Morhaime dice que se siente «muy honrado» y que «no olvidemos que el videojuego no es solo negocio». Asimismo, ha revelado al diario que el futuro del videojuego será «interesante», especialmente en «las experiencias de realidad virtual».

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