«El descanso de los ciclistas», de 1886
«El descanso de los ciclistas», de 1886 - F. DAUREL

La vida moderna de Ramon Casas

El Museo del Modernismo de Barcelona abre el año dedicado al pintor barcelonés con una muestra que reúne 130 obras del artista

BARCELONA Actualizado: Guardar
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«El descanso de los ciclistas» 1886, propiedad de la Fundación Daurel, es una de las gratas sorpresas que se esconden en la exposición «Ramon Casas. La vida moderna» del Museu del Modernisme de Catalunya (C/Balmes, 48), que da el escopetazo de salida del año Casas. Otro préstamo, «Entrada a la plaza de toros de Madrid» 1886, de la Fundació Vilacasas, evoca la fachada de la Plaza de las Ventas con tres guardias civiles vestidos de gala lo que informa que algún miembro de la familia real acudiría a la corrida. Y «La inglesa», 1917, un retrato de su musa, Julia Peraire, de la Colección Bassat , son tres de las joyas que explican bien las inquietudes de este pintor modernista.

Los coches fueron una de las grandes pasiones de Casas.

«Hemos instalado un modelo Delaunay-Belleville 28 HP, de 1906, en la vitrina que da a la calle Balmes», explica Gabriel Pinós mientras señala a un muñeco que recrea al propio Casas con su pipa incluida. Este vehículo, propiedad del RACE, se exhibe habitualmente en el Museo del RACE en el Jarama, pero aquí cobra otra vida. «Casas estaba muy atento a la vida moderna y los avances técnicos. Casas se compró un coche como este en Francia y volvió conduciéndolo a Barcelona», subraya Pinós.

«Entrada de la plaza de toros de Madrid», de 1886
«Entrada de la plaza de toros de Madrid», de 1886 - F. VILA CASAS

Cuarenta óleos, sesenta dibujos y muchos carteles componen esta retrospectiva. También se exponen fotos y documentos personales como dos cartas a su madre en las que le explica el día a día de su trabajo.

Retratista de muchas personalidades de la época, Casas también se autorretrató en varias ocasiones. «Muchos de los retratos son de su ámbito familiar», puntualiza Pinós que compara la endogamia de su familia con la de los Borbones.

Pero la modelo Julia Peraire se lleva la palma y por lo tanto tiene su propio apartado en esta muestra. «Primero fue su amante y más tarde su mujer. Vemos a Julia con diferentes vestimentas, algunas muy avanzadas para la época, e incluso la reconocemos vestida de monja», comenta Pinós. Los carteles de Anís del Mono, de Cigarrillos París, y de Codorniu, las Manolas con sus mantones de Manila y las chulas también tienen su hueco en este gran periplo por el universo Casas. Si visitan esta gran ventana al Modernismo de Casas no se olviden de reparar en el caballete que utilizaba el pintor en su estudio de Paseo de Gracia.

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