Jakub Józef Orlinski en el Palau: buenas compañías para un feliz cumpleaños

El contratenor polaco regresó a Barcelona junto a Il Pomo D'Oropara a presentar su nuevo disco, 'Anima aeterna', poniendo toda la carne en el asador

Jakub Józef Orlinski: «Puedo ser muy serio, pero prefiero el sentido del humor»

Orlinski, durante su anterior visita al Palau de la Música A .BOFILL

Pep Gorgori

Salió al escenario y se hundió el Palau. A Jakub Józef Orlinski no le hace falta ni abrir la boca para causar el fervor de sus fans. Hay estrellas del pop con un público menos entregado. La cola para lograr autógrafos y hacerse un 'selfi' con él tras el concierto no tenía nada que envidiar a las propias del día de Sant Jordi, cuando los lectores van a la caza del escritor de moda.

Tras causar cierta decepción en su anterior concierto en Barcelona, con un repertorio de arias de Händel y Vivaldi más que trillada y con la deficiente compañía de un grupo de música antigua con el que no había tenido suficiente tiempo para ensayar a causa de la pandemia, Orlinski vino a presentar su nuevo disco, 'Anima aeterna' poniendo toda la carne en el asador.

El contratenor polaco tiene dos habilidades innegables. Una es la de meterse al público en el bolsillo. La otra es la de escoger muy bien su repertorio -salvo errores como el anteriormente mencionado. Las arias más previsibles del barroco ya las han abordado muchos intérpretes antes que él, y hay poco más que decir al respecto. Orlinski hurga en archivos para rescatar obras injustamente olvidadas y que, justamente, se adecuan a su voz. Sabe a qué juega y tiene instinto para buscar piezas de las que sabe que puede extraer todo el jugo. De ahí que llene auditorios con nombres de compositores que poca gente conoce. El público va a verlo a él, independientemente de lo que cante. Y es magnífico que así sea. La interpretación es excelente, y ver la felicidad del público tras el concierto, la sensación de haber asistido a un evento irrepetible, es algo que no tiene precio en los tiempos que corren.

Pero sería injusto obviar el mérito que tiene Il Pomo d'Oro en este éxito. En el concierto del lunes cumplían exactamente diez años de existencia. En una década se han consolidado como un grupo de música antigua excelente, sobre todo para acompañar cantantes. Basta ver la lista de voces con las que han colaborado en este tiempo, empezando por la mezzo Joyce DiDonato y siguiendo por Franco Fagioli, Xavier Sabata, Emöke Barath y un largo etcétera.

Al frente del conjunto, el clavicembalista Francesco Corti. Sin haber llegado a los cuarenta años, su currículum es apabullante, y su grabación de los conciertos de Bach para clave, en 2020, se ha convertido en un referente. Si en una década el propio Corti, como director invitado, y Maxim Emelyanychev, como director titular, han logrado esto con Il Pomo d'Oro, está claro que probablemente estemos frente a dos de las voces que deberán tomar el relevo de la generación de directores del repertorio barroco que hasta ahora han dominado el panorama (Gardiner, Christie, Savall, etc).

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación